Libro de Buen Amor: 067
De lo que se fase miércoles corvillo en la Quaresma II
Cabrones e cabritos, carneros e ovejas,
davan grandes balidos, disen estas consejas:
«Si nos lieva de aquí Carnal por las callejas,
a muchos de nosotros tirará las pellejas.»
Plados de Medellín, de Cáceres, de Troxillo,
la Vera de Plasençia fasta Valdemorillo,
en toda la Serena, el presto mançebillo
alboroçó ayna, fiso muy grand portillo.
El campo de Alcudia e toda Calatrava,
el campo de Fasalvaro, en Basaín entrava,
en tres días los anduvo, semeja que volava,
el rosín del rabí con miedo bien andava.
Desque l' vieron los toros, irisaron los çerros,
los bueyes e vacas repican los çençerros:
dan grandes apellidos terneras et beçerros,
«¡Aba aba, pastores, acorrednos con los perros!»
Envió las cartas a do andar no pudo
et por esas montañas, en la sierra estudo,
e contra la Quaresma estava muy sañudo,
pero de venir solo non era atrevudo.
Estas fueron las cartas, el testo e la glosa:
«De nos, don Carnal, fuerte matador del toda cosa
a ti, Quaresma fraca, magra et vil sarnosa,
non salud, mas sangría como a mala flemosa.
Bien sabes cómo somos tu mortal enemigo:
enviamos nos a ti al Almuerso nuestro amigo,
que por nos te lo diga, cómo seremos contigo,
de hoy en quatro días, que será el Domingo.
Como ladrón veniste de noche a lo escuro,
estando nos dormiendo, yasiendo nos seguro,
non te nos defenderás en castillo nin en muro,
que de ti non ayamos el cuero maduro.»
La nota de la carta venía a todos: «Nos,
don Carnal, poderoso por la graçia de Dios,
a todos los christianos, e moros, e jodíos:
salud con muchas carnes siempre de nos a vos.
Bien sabedes, amigos, en cómo mal pecado
hoy ha siete selmanas, que fuemos desafiado
de la falsa Quaresma e del mar airado,
estando nos seguro fuemos d'ella arrancado.
Por ende vos mandamos, vista la nuestra carta
que la desafiedes antes que dende parta,
guardatla, que non fuya, que todo el mundo enarta,
enviátgelo desir con doña Merienda farta.
Et vaya el Almuerso, que es más aperçebido,
dígale que el domingo antes del sol salido
iremos lidiar con ella, fasiendo grand' roído,
si muy sorda non fuere, oirá nuestro apellido.