Libro de Buen Amor: 059
De la pelea que ovo don Carnal con la Quaresma I
Açercándose viene un tiempo de Dios santo,
fuime para mi tierra por folgar algún rato,
dende a siete días era Quaresma tanto
puso por todo el mundo miedo e grand' espanto,
Estando a la mesa con don Jueves Lardero,
truxo a mí dos cartas un ligero trotero,
desirvos he las notas, ser vos tardinero,
ca las cartas leídas dilas al mensagero.
«De mí, Santa Quaresma, sierva del Salvador,
enviada de Dios a todo pecador,
a todos los arçiprestes et clérigos con amor,
salud en Jesu Christo fasta la pasqua mayor.
Sabed, que me dixieron, que ha çerca de un año,
que anda don Carnal sañudo muy estraño
astragando mi tierra, fasiendo mucho daño,
vertiendo mucha sangre de lo que más me asaño:
Et por esta rasón en vertud de obediençia
vos mando firmemente so pena de sentençia,
que por mí e por mi ayuno e por mi penitençia,
que lo desafiedes con mi carta de creençia.
Desidle de todo en todo, que de hoy siete días
la mi persona mesma, e las compañas mías
iremos pelear con él, e con todas sus porfías,
creo que se me non detenga en las carneçerías.
Dadla al mensajero esta carta leída,
liévela por la tierra, non la traya escondida,
que non diga su gente, que non fue aperçebida:
dada en Castro de Ordiales, en Burgos resçebida.»
Otra carta traía abierta e sellada,
una concha muy grande de la carta colgada,
aquél era el sello de la dueña nombrada;
la nota es aquésta, a don Carnal fue dada:
«De mí doña Quaresma, justiçia de la mar,
algoaçil de las almas, que se an de salvar,
a ti Carnal goloso, que te non coydas fartar,
envíote el ayuno por mí desafiar.
Desque hoy en siete días tú e tu almohalla
que seades conmigo en campo a la batalla,
fasta el Sábado Santo darvos he lid sin falla;
de muerto o de preso non podrás escapalla.»
Leí amás las cartas, entendí el ditado,
vi que venía a mí el un fuerte mandado,
ca non tenía amor, nin era enamorado,
a mí e a mi huésped púsonos en coydado.
Do tenía a don Jueves por huésped a la mesa,
levantose bien alegre, de lo que non me pesa;
dixo: «Yo só el alfrés contra esta mal apresa,
yo justaré con ella, que cada año me sospesa.»
Diome muchas graçias por el buen combid,
fuese, e yo fis' mis cartas, díxele al Viernes: «Id
a don Carnal mañana, todo esto le desid,
que venga aperçebido el martes a la lid.»
Las cartas resçebidas, don Carnal orgulloso
mostró en sí esfuerço, pero estaba medroso:
non quiso dar respuesta, vino a mí acuçioso,
truxo muy grand' mesnada, como era poderoso.
Desque vino el día del plazo señalado,
vino don Carnal, que ante estava esforçado,
de gentes muy guarnidas muy bien acompañado,
seríe don Alexandre de tal real pagado.