Libro de Buen Amor: 043F

Libro de Buen Amor
de Arcipreste de Hita
Aquí dise de cómo fue fablar con doña Endrina el arçipreste VI

Aquí dise de cómo fue fablar con doña Endrina el arçipreste VI


El fijo muchas veses como el padre prueba,
en semejar fijo al padre non es cosa tan nueva,
el coraçón del ome por el coraçón se prueba,
grand amor et grand saña non puede ser, que no se mueva.

Ome es de buena vida, et es bien acostumbrado,
creo que casaría él convusco de buen grado;
si vos lo bien sopiésedes, quál es e quán preçiado,
vos querríades aquesto que yo vos he fablado.

A veçes luenga fabla tiene chico provecho,
quien mucho fabla, yerra, díselo el derecho,
et de comienço chico viene granado fecho,
a veçes cosa chica fase muy grand despecho.

Et a veses pequeña fabla bien dicha e chico ruego
obra mucho en los fechos, a veçes recabda luego
e de chica çentella nasçe grand llama de fuego,
e vienen grandes peleas a veçes de chico juego.

Siempre fue mi costumbre e los mis pensamientos
levantar yo de mío, e mover casamientos,
fablar como en juego tales somovientos
fasta que yo entienda e vea los talentos.

Agora, señora fija, desitme vuestro coraçón,
esto que vos he fablado si vos plase o si non
guardar vos he poridat, çelaré vuestra raçón,
sin miedo fablat conmigo quantas cosas son.»

Respondiole la dueña con mesura et bien:
Buena muger, desidme: ¿quál es ése o quién,
que vos tanto loades e quántos bienes tien'?
Yo pensaré en ello, si para mi convien'»

Dixo Trotaconventos: «¿Quién es, fijas señora?
Es aparado bueno, que Dios vos trajo agora,
mançebillo guisado, en vuestro barrio mora,
don Melón de la Uerta, queredlo en buen hora.

Creedme, fija señora, que quantos vos demandaron
a par de este mançebillo ningunos non llegaron,
el día que vos nasçistes, fadas albas vos fadaron,
que para ese buen donayre atal cosa vos guardaron.»

Dixo doña Endrina: «Callad ese predicar,
que ya ese parlero me coydó engañar,
muchas otras vegadas me vino a retentar,
mas de mí él nin vos non vos podredes alabar.

La muger que vos cree las mentiras parlando,
et cree a los omes con mentiras jurando,
sus manos se contuerçe del coraçón travando,
que mal se lava la cara con lágrimas llorando.

Déxame de tus roídos, que yo tengo otros coydados
de muchos que me tienen los mis algos forçados,
non se viene en miente d'esos malos recabdos,
nin te cumple agora desirme esos mandados.»

A la fe», dixo la vieja, «desque vos ven viuda
sola, sin compañero, non sodes tan temida:
es la viuda sola más que vaca corrida,
por ende aquel buen omen vos temía defendida.

Éste vos tiraría de todos esos pelmasos,
de pleytos, e de afruentas, de vergüenças e de plasos,
muchos disen que coydan pararvos tales lasos
fasta que non vos dexen en las puertas llumasos.

Guardatvos mucho d'esto, señora doña Endrina,
si non contesçervos puede a vos mucho ayna,
como la abutarda, quando la golondrina
le dava buen consejo, como buena madrina.»