Leyenda de los siglos

Nota: Se respeta la ortografía original de la época
LEYENDA DE LOS SIGLOS



Yo vi la Muerte y la Vergüenza : unidas,
Á la luz del crepúsculo marchaban
En un horrible bosque. Estremecidas
Por el viento, las yerbas oscilaban.

Sobre un muerto caballo iba la Muerte,
Y la Vergüenza, en un corcel podrido.
Pájaros negros por el aire inerte
Cruzaban arrojando su graznido.

Y dijo la Vergüenza: — Soy la Dicha,
Ven. El oro, la púrpura, la seda,
El festín, los palacios, los bufones,
Las arcas entreabiertas donde rueda

El himno embriagador de los millones;
La triunfal pompa de las regias salas;
El jardín con sus árboles, sus fuentes;
Las mujeres corriendo con sus galas
De belleza y de luz resplandecientes;
La música vibrando sus clarines
De la gloria en el bronce resonante,
Todo te pertenece: goce, arrullo,
Hermosura, poder, cetro y orgullo;
Ven y sigue, partamos al instante.
Y respondí: — Mal huele tu caballo.

La Muerte dijo: — Es el Deber mi nombre,
Y voy hacia el sepulcro; entre el desmayo,
La angustia y el prodigio llevo al hombre.
— Detrás de tí, — ¿hay un sitio? le pregunto.

Y vueltos á la sombra en que aparece
Dios, emprendemos el camino al punto,
Mientras la vasta selva se ennegrece.