Las cosas perdidas
Las cosas perdidas.
En un navio inglés se perdió por descuido la cafetera de plata del capitan, que, al echarla de menos, votó y trinó como un renegado. Cuando aquella cólera violenta principió á mitigarse, un marinero se acercó y le dijo:
— Mi capitán, cuando una cosa se sabe dónde está, ¿se puede decir que se ha perdido?
— No, respondió el capitán; y si tú sabes dónde está la cafetera, te ofrezco un buen hallazgo.
— Acepto, repuso el marinero, y puede V. vivir tranquilo por ella, porque yo sé positivamente dónde está.
— ¡Tú! Y ¿dónde es?
— En el fondo del mar.