La vida es sueño
ES SUEÑO
SEGISMUNDO, Principe
ASTOLFO, Duque de Moscovia
CLOTALDO, viejo
CLARIN, gracioso
ESTRELLA, Infanta
ROSAURA, Dama
SOLDADOS
GUARDAS
MÚSICOS
ACOMPAÑAMIENTO
CRIADOS
D
ON PEDRO CALDERON DE LA BARCA era oriundo del nobilísimo y antiguo solar de la Barca en la montaña de Santander. Poco sabemos de su vida. Nació en Madrid el 17 de Enero de 1600 y fué discípulo de los jesuitas en la corte, en el colegio Imperial. No tiene duda, que, durante unos años, fué soldado; valiéronle sus servicios bélicos el hábito de Santiago; en 1651 se ordenó sacerdote. Falleció el 25 de Mayo de 1681.En la historia del drama castellano clásico aparece como sucesor directo del gran Lope de Vega (1562—1635), del cual eleva el españolismo al grado más culminante en el orden de la representación religiosa y caballeresca. Es, segun las palabras del ilustre Don Rafael Altamira y Crevea, el dramaturgo que con más fidelidad y acentuación expresó en sus obras el catolicismo devoto de sus contemporáneos, los principios de honor y punto de honor, y el sentimiento de fidelidad monárquica al modo como lo entendían los españoles de entonces. En el primer respecto, Calderon es, ante todo, el autor de autos sacramentales, — exposiciones dramáticas alegóricas del misterio de la Eucaristía, que se representaban el día del Corpus. No tuvo Calderon la rica y fácil imaginación de Lope de Vega; peró le distinguen de su predecesor la mayor madurez y severidad formal de su arte, turbadas talvez por un exceso de lirismo y de retórica. No fué ingenio de esa ámplia universalidad que da vida y juventud perenne, por ejemplo, á Cervantes; mas es de considerar como el poeta más nacional y más del tiempo en que floreció, y el representante mas noble y conspicuo de las ideas que formaron la grandeza de su nación.
Demás de los autos sacrarmentales escrimió dramas religiosos y filosóficos, entre otros: »la vida es sueño«, »la devocion de la cruz«, »el mágico prodigioso«, »el príncipe constante«; tragedias de carácter histórico, p. e. »el médico de su honra«, »amar después de la muerte«, »la niña de Gomes Arias«; tragédias de un carácter que creemos poder llamar social, p. e. el incomparable »alcalde de Zalamea«; comedias de capa y espada, llenas de un gusto exquisito y finísimo, de las cuales sarían quizá las más deliciosas »la dama duende«, »mañanicas de abril y mayo«, »no siempre lo peor es cierto«, »guárdate del agua mansa«. Hay en sus zarzuelas »la purpura de la rosa«, »el laurel de Apolo« y otras una poesia musical que hace tener envidia á los siglos en los cuales se escribían y ejecutaban tan encantadoras obras.