La prudencia de un marido

Nota: En esta transcripción se ha respetado la ortografía original.


La prudencia de un marido.

Unos jóvenes borrachos se encontraron con la mujer de Pisístrato y la insultaron. Al dia siguiente, vueltos en su acuerdo, se echaron á los pies del marido llorando y pidiéndole perdón. Levantólos Pisístrato, y les dijo:

— Andad y sed mas sobrios; pero desengañaos, mi miujer no salió ayer de casa.