EL TIEMPO, EL GENIO DE LA PAZ
¡Mísera España! Edén voluptuoso, templo de la molicie y del amor, ¿qué van a hacer de tu recinto hermoso las iras de ese genio asolador? Los rizos de espesísimos cabellos a tus lindas morenas cortarán, algún cañón para arrastrar con ellos, del cáñamo en lugar, que no hallarán. En vez de los dulcísimos cantares, de su amoroso afán tierna expresin, atronará tus viejos encinares el estruendo del cóncavo cañón. No bordarán tus campos gayas flores, las golondrinas, ¡ay!, te olvidarán, y acaso tus canoros ruiseñores con ellas a la par emigrarán. ¡Mísera España! El cetro sanguinoso no admitas de ese monstruo de furor; no des camino en tu recinto hermoso al carro de ese genio asolador. ¡Inútil anhelar!…, Mas pasos siento: ¿quién en esta prisión penetrará?
(dentro). ¡Hola! ¿No hay nadie por aquí?
¡Qué acento! Y no parece hostil: ¿de quién será?