​La noche de la verbena​ de Antonio Casero
Escena VII
ESCENA VII


PEPA y MARGARITA, que entran puerta foro


PEPA

(Dentro y saliendo.) Pase usté, pase usté por aquí, que veamos esta octava maravilla.


SEÑÁ MARGARITA

Güeno, la traigo a usté un pañolón verbenero como pa romper a sudar. (Desata un lío.)


PEPA

¡Ay, hija, a ver si es que me trae usté una tacita de flor de malva en lugar de un mantón!


SEÑÁ MARGARITA

(Mostrando un espléndido pañolón de flecos.) Esto es lo que se dice una alhaja.

PEPA

¡Preciosísimo porque Dios quiere!

SEÑÁ MARGARITA

Este es el último alarido recién llegao de Manila. Parece que lo han bordao los angelitos del cielo; misté qué chino, ¡está hablando!

PEPA

Ya le oigo, pero no se le entiende.

SEÑÁ MARGARITA

¿La gusta?

PEPA

¡Muchísimo!

SEÑÁ MARGARITA

¿Es esto lo que quiere el Antonio pa su mujer?

PEPA

(con misterio.) Baje usté la voz que no se entere ella; esto es lo que él quiere, y, ¿cómo se llama? (Acción de dinero.)

SEÑÁ MARGARITA

Cinco mil reales.

PEPA

¿Y de apellido? ANTONIO CASERO 47

SEÑÁ MARGARITA Ni un céntimo menos.

PEPA Pos sí que tié un nombrecito que se las trae; camará, tié usía.

SEÑÁ MARGARITA Me parece que le gustará.

PEPA Mucho, pero hay que cambiarle de nombre.

SEÑÁ MARGARITA Además, este ha sido de la Dora Galindo, la reina de la rumba.

PEPA Qué honor pa el gato de casa. (Coge el mantón, se lo pone y se mira al espejo.) La verdad es que un mantón de estos la favorece a una mucho.

SEÑÁ MARGARITA Y la cae a usté mu bien.

PEPA ¿Lo dice usté porque paece que s'ha caído d'un quinto piso y se m'ha quedao colgao? 48 LA NOCHE DE LA VERBENA

SEÑÁ MARGARITA No, señora; lo digo porque lo da usté mucho aire.

PEPA La mar de aire, como que los chinos de mis mantones siempre han padecido de tortícolis.

SEÑÁ MARGARITA Qué epigramática es usté.

PEPA Oiga usté: que yo he tenío mu güenos mantones y los he sabío llevar.

SEÑÁ MARGARITA Se ve que hay gracia.

PEPA Digo que los he sabío llevar al monte cuando nos poníamos a mal con don Amadeo de Saboya; (Acción de dinero.) y el mantón siempre se ha llevao así: (Jugando con él.) caidito d'atrás, ceñidito a los hombros, (Poniéndose en jarras.) sueltecillo, con donaire y déle usté al motor. (Paseándose por la escena con aires flamencos muy exagerados.)

SEÑÁ MARGARITA ¡Y ole! AXTONIO CASERO 49 PEPA Y ahí va, niños, que sus atropella un tanke- y una ¡duro y al movimiento! y ¡agitaros, chi- lñtos, que váÍ8 de juerga! (Moviendo el mantón.) SEÑA MARGARITA Fero que lo maneja usté mejor que Dora Galindo. PEPA ¿Que Dora Galindo? (Haciendo un desplante eon el mantón.) ¡Miau, miau, que me pisas el rabo! No m'hable usté d'eso, que me desmayo; pero si ninguna cupletista de esas que presumen saben Üevar el mantón; vamos, dígame usté a mí, si sujeto de este lao y cruzao de este modo, no parezco yo un objeto de una tóm- bolí 1 .. (Se ha ido poniendo el mantón muy ridiculamente y quedándose en una postura grotescamente flamenca.) ¿Eh? SEÑA MARGARITA Tié usté razón. PEPA ¡Y las diez de últimas! Pos ¿qué me dice usté de cuando parece que se lo lleva un ven- daval? (Da al mantón muchas vueltas como hacen las malas cupletistas.) SEÑA MARGARITA ¡Está usté en lo firme! C,0 LA NOCHE DE LA VERBENA PEPA Pos ¿y la suerte de espantar moscas? (Levan- tando el brazo y haciendo el molinete con los flecos del mantón.) SEÑA MARGARITA Mucha verdaz. pepa Vamos, ¿qué le parece a usté? Esas damas sueltas por el mundo y el doctor Esquerdo esperando parroquia. SEÑA MARGARITA Está usté cargada de razón. PEPA Pos claro que estoy cargada, ¡porque sí que pesa este mitin de Chinos! (Jugando con él. Dándo- le ei mantón.) Tome, tome usté, porque les estoy tomando demasiado afezto a estas gente de coleta. SEÑA MARGARITA Y está usté más rejuvenecida. PEPA Bórdeme usted eso, que m'ha gustao. Espé- rese usté un poco, israelita, que voy a llamar al pagano. (Dirigiéndose al despacho de Antonio y desde la puerta.) Antonio, oye: ¿puedes salir un minuto, que está aquí la del mantón? ANTONIO CASERO 5T ANTONIO (Saliendo y al fijarse en Margarita.) ¿Qué tal, maes- tra? SEÑA MARGARITA Tirandillo de esta vida perra. ANTONIO (con mncha ironía.) Miste no sea al revés, que la perra vaya tirandillo de la vida. SEÑA MARGARITA Qué cosas tié usté, maestro. ANTONIO Soy muy chusco yo. SEÑA MARGARITA Qué retiradito está usté ahora del mundo. PEPA (con guasa.) Va pa trapen3e. SEÑA MARGARITA Ya no se le ve a usté por la Encomienda. ANTONIO Ni a usté por el «bar» del infierno, chamus- cando doncellas. 52 LA NOCHH TE LA VERBENA PEPA ¿Por lo visto, conocías aquí, a la porta- dora? ANTONIO La mar; ha venido en las aleluyas. SEÑA MARGARITA Siempre de buen humor. ANTONIO Bueno, ¿dónde está ese mantón? SEÑA MARGARITA Ahí le tié usté. ANTONIO Sí que es bonito. SEÑA MARGARITA Bonito es poco. PEPA (con guasa.) ¡Ay, hija, pos píntele usté ojeras!: ANTONTO ¿Y cuánto dice que vale? ANTONIO CASERO 53 PEPA ¿Quieres que te prepare tila? Porque te vas a asustar. SEÑA MARGARITA Hija, no es pa tanto; por ser pa usté cinco mil ríales, pero é¡=te no se le lleva ningún go- loso ni por seis mil. PEPA ¡Ay, qué rica! ¡Conocemos ese cuplé! ANTONIO Novecientas pesetas y está bien la cosa PEPA (a Antonio.) Oye, tú: c'has ofrecido en gran velocidaz; no tires los cohetes tan de prisa. seña margarita ¿Es usté su institutriz? PEPA Soy... su ama seca: en las novecientas está bien. ANTONIO Ni un céntimo más. SEÑA MARGARITA (con ironía.) Vamos, señor Antonio; no rega54 LA NOCHE DI! LA VERBENA tee usté, que sé yo de un maestro de obras mu rumboso que se gastó mu güeñas pesetas en un mantón pa una fulana. PEPA Al señor no le hable usté de la edaz antigua,, que le dan vahídos. ANTONIO (Sacando de la cartera unos billetes y entregándoselos con desprecio a Margarita.) Ahí va: mil pesetas del mantón y cincuenta pa usté. PEPA (a Margarita.) ¿Ha visto usté cómo los lleva? Como los caballitos del circo: en liberta; así, los reparte como los prospectos. SEÑA MARGARITA (Después de haberlos mirado muy bien mirados y guar- dándoselos en el pecho.) Dios le aumente la fortu- na, y conste que se lo doy a usté en eso porque se parece usté mucho al maestro albañil que me COmprÓ el Otro. (Con mucho «retintín») ANTONIO (cambiando de asunto.) Bueno, bueno, señora;, que se la enfría a usté la cena. PEPA No es decirla que se vaya, pero dé usté re- cuerdos. (Dándola la mano.) ANTONIO CASERO 5 ¡í SENA MARGARITA Que lo gaste con salú la pobre y que a los chinos les salgan canas de puro viejos. Adiós, seña Pepa. Adiós, señor Antonio. (Medio mutis.) Tengo dos solitarios d'ocasión que quitan el hipo. PEPA Cuando nos asustemos se la avisará a usté por teléfono. ANTONIO ¡Qué pelma! SEÑA MARGARITA Lo dicho: suerte, mucha suerte, (vase Marga- rita.) PEPA Vaya usté con Dios. ESCENA VIII ANTONIO y PEPA ANTONIO (Contemplando el mantón.) ¿Sabe USté que es pre- cioso? PEPA Divino.