La noche (Herrera y Reissig)
La noche en la montaña mira con ojos viudos de cierva sin amparo que vela ante su cría; y como si asumiera un don de profecía, en un sueño inspirado hablan los campos rudos. Rayan el panorama, como espectros agudos, tres álamos en éxtasis... Un gallo desvaría, reloj de media noche. La grave luna amplía las cosas, que se llenan de encantamientos mudos. El lago azul de sueño, que ni una sombra empaña, es como la conciencia pura de la montaña... A ras del agua tersa, que riza con su aliento, Albino, el pastor loco, quiere besar la luna. En la huerta sonámbula vibra un canto de cuna... Aúllan a los diablos los perros del convento.