La mujer aguda
La mujer aguda.
Al salir de una función de juegos de manos, decía una mujer á su marido:
— No me sorprenden estos juegos; para mi es cosa de nada el ver un hombre convertido en carnero, una mujer en vaca y un estudiante en burro. Veo con serenidad meter un garbanzo en un cubilete y sacar un toro ó un elefante. Marido ¿no es verdad?
—Si.
— Porque claro es que todo eso lo hace el diablo, cuernos largos. Marido mió, ¿es verdad?
— Si.
— Todo eso no me produce efecto; lo que me asombra, lo que no me sé esplicar, es el cómo los picaros de los tahoneros meten la miga dentro de la corteza del pan.