La carta de un ahorcado

Nota: En esta transcripción se ha respetado la ortografía original.


La carta de un ahorcado.

Un albeitar joven, que por un asesinato estaba en capilla para ser ahorcado al dia siguiente, quiso enternecer á su esposa con la relación de su muerte, y le escribió la siguiente carta:

«Querida Celedonia: me alegraré que al recibo de estas cortas líneas te encuentres con la perfecta salud que yo para mi deseo; yo bueno, á Dios gracias, para lo que quieras mandar, que lo haré con mucho gusto y fina voluntad. Sabrás que ayer, martes, he sido ahorcado, entre una y dos de la tarde, en la plaza principal de esta ciudad. He hecho una buena muerte, y he tenido el gusto de ver que las mujeres lloraban y se interesaban por mí.

— Tuyo hasta la muerte, el albeitar ahorcado, Emeterio Cascarrabias.