La muerte del canario

Fibras (1895)
de Alberto Ghiraldo (Marco Nereo)
La muerte del canario

LA MUERTE DEL CANARIO

I


Cuando llegó la noche
Él no sintió el perfume de otros días,
El calor de su dueña,
Sus gritos y alegrías.

¡Su dueña! Aquella tarde no ha pensado
Sino en trajes y en flores,
Se olvidó del cantor, del compañero
De todos sus dolores.

¡Su dueña! Hoy se ha ataviado
Con sus más ricas perlas y brillantes

Y ha tocado llamada
Á todos sus amantes.

¿Y después?— Mientras triunfa en los salones
Con su mejor vestido,
El trovador de la salita roja
Para no despertar queda dormido.

II


En medio del bullicio de la danza
Tiene un presentimiento.
Mira por el jardín cruzar un buho
Y ella es supersticiosa: alguien ha muerto!

III


Cuando del baile vuelva,
Trayendo entre sus manos
Altiva y orgullosa
Las flores que el amor ha deshojado;

Cuando mire su jaula convertida
En ataud de alambre
¿Arrojará sus flores
Y verterá una lágrima? ¡Quién sabe!