La muerte de don Juan

Nota: Se respeta la ortografía original de la época

La muerte de Don Juan

A Carlos Baires.


"Y en la cumbre de altísima montaña
Ví levantarse una mujer extraña,
Con gestos varoniles y alma estoica:
En sus labios sonrisa deslumbrante,
Desnudo el pecho y fúlgido el semblante
Con el fulgor de una tristeza heroica.

Por sus formas olímpicas, altivas,
Recordaba las razas primitivas,
Las hijas de Titán, que en las cavernas,
Al sepultarse el sol en occidente
Con sus ánforas iban dulcemente
El agua á recoger en las cisternas.
 

Mostraba la serena valentía
Hecha de heroicidad y de armonía,
Esa paz de los grandes corazones,
Varoniles, intrépidos y suaves,
Que eran á un tiempo alegres cual las aves,
Fuertes como leones.

Y díjome:
"Poeta; ¿Nunca viste
Desde el picacho de la sierra triste
Donde el águila duerme, la avalancha
Del ronco vendabal?
Si descendiendo
Marcha el turbión, colérico, tremendo,
Desgarrando va el monte y la materia,
Y se hincha y crece la monstruosa arteria,
Y todo despedaza en su pasaje,
La floresta y el búfalo salvaje,
La choza del pastor. Terribles coros
Se oye mugir de estrangulados toros;
Y creciendo, aumentando, hecho oceano,
Con su sordo gemir, sordo y lejano,
El agua, que fué mar, tórnase lago,
Y el cielo inunda una alegría extraña.
 

Un torrente es la Idea; una montaña,
Es la Historia.
Torrente de verdades
Que arrasa los imperios, las ciudades,
Religiones, creencias, monumentos,
Con rapidez eléctrica de vientos.
Negro fantasma, grita en vano: ¡Para!
Y le arroja la púrpura, la tiara,
Y el cetro, en su camino. Todo en vano
La Idea, que conduce en sus entrañas
La eterna luz, aplasta los reptiles,
Búrlase de los torpes exorcismos,
Como un león atraviesa las marañas,
O traspone, de un salto, los abismos,
Y un surco deja en pos relampagueante.

Cuando encuentra un chacal, sigue adelante:
La libertad su marcha no detiene,
Que no existe poder, cárcel, barrera,
Ni tradición, ni viejos pretorianos,
Que detener consiga la carrera
De una Idea que cae de seis mil años.

La Justicia yo soy, la musa austera
Que Junto á Dios, la eterna primavera

Habita de los astros y los soles.
La Virgen madre soy, virgen triunfante,
Y Hércules, Prometéo, Cristo, Dante,
Bebieron en mi pecho inspiraciones."