Escena XIV editar

VICTORIA, CANTALICIO, PRÓSPERO, MARÍA, DON NICOLA y HORACIO.


HORACIO.- (Saliendo.) ¿Qué pasa aquí?... ¡Hola, amigazo!... ¡Cómo le va!... Se resolvió a venir... Ahí lo tiene a su viejo... Se lo hemos embargado...

DON NICOLA.- ¡Ah! ¡Es verdad que eran amigos ustedes!... ¿Pero sabés vos lo que éste estaba haciendo con la muchacha?... ¿eh?

MARÍA.- ¡La abrazaba!... ¡La abrazaba!...

HORACIO.- Eso sí que es grave... ¿Y ella?...

MARÍA.- ¡E la sinvergüenza también!... ¡Yo los pillé!...

HORACIO.- Caramba... Caramba... (A VICTORIA.) Vení acá, vos... mosquita muerta... ¿Conque ésos habían sido los romanticismos?... ¿Es tu novio?...

VICTORIA.- (Confundida.) ¡Sí!...

HORACIO.- Entonces, viejo... no hay nada que hablar...

DON NICOLA.- ¡Eh!... Si vos te pensás que el muchacho vale la pena y a ella le gusta... a mí no me importa... Con tal de que sea trabajador...

PRÓSPERO.- Gracias, Horacio...

HORACIO.- Ahí lo tenés, Victoria...Supongo, Próspero, que nos hará gratis la trilla... Y usted, viejo... ¿se reconcilia ahora con los gringos?...

CANTALICIO.- Con los gringos... en la perra vida... ¡Con la gringa y gracias!...

HORACIO.- Mire qué linda pareja... Hija de gringos puros... hijo de criollos puros... De ahí va a salir la raza fuerte del porvenir...

PRÓSPERO.- Se está elaborando... Otro abrazo, viejo...

CANTALICIO.- (Aparte.) ¡Qué se ha de estar elaborando, zonzo!... Ya está...

PRÓSPERO.- ¿Sí?... (Corre hacia ella.) ¡Vida, vida mía!... (La besa en la frente. Movimiento de estupefacción. Suena en ese instante una larga pitada.) La trilladora empieza...

DON NICOLA.- (Apartando a PRÓSPERO.) Bueno, mozo... ¡A trabajar!... ¡A trabajar!...


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