Escena IX

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GRINGO, FONDERO, CURA, MÉDICO, PARROQUIANOS 1.º y 2.º, Colonos, COMENSALES 1.º y 2.º, PAISANO, NILDA y CANTALICIO.


CANTALICIO.- (Entrando en la fonda.) ¡Pobre muchacho! ¡Malo no es!... Pero se me ha dao güelta... se me ha dao güelta. (Al PAISANO.) ¿No le parece, compadre?

PAISANO.- ¡Así ai ser, no más, pues!...

CANTALICIO.- (Reaccionando.) ¿No ha dao con el dotor entoavía?...

PAISANO.- Estoy aguaitándolo... Dice que está ocupao...

CANTALICIO.- Ya lo veo... trensao a la escoba... Si será desalmao... Venga, compadre... vamos a tomar una copa... (Se aproximan a las mesas donde han estado los gringos.) ¡A ver quién sirve aquí!... (NILDA se aproxima.) ¿Qué toma usted?...

PAISANO.- Yo, lo mismo.

NILDA.- Ginebra con bitter...

CANTALICIO.- A mí también; bien cargao. ¡Ando con ganas de chupar juerte!... ¡De todas maneras!... ¡Pa lo que sirvo ya... tranca más o tranca menos!...

PAISANO.- Eso no diga... ¿Pa quién si no pa los hombres se han hecho las disgracias?...

CANTALICIO.- ¡Qué caray!... Y la bebida también se ha hecho pa los varones... Serán los últimos copetines que chupe en este pueblo disgraciao...

PAISANO.- Entonces ha determinao no más dirse...

CANTALICIO.- ¿Y qué quiere que me quede a hacer?... No he nacido pa tordo, amigo... pa andar viviendo en nido ajeno... Me acaban de quitar el mío... Y ya lo ve, con el nido los pichones... ¡Ese muchacho, lo único que me quedaba en el mundo de familia, se me manda mudar como un ingrato!...


(NILDA sirve. CANTALICIO se bebe de un sorbo la ginebra.)


UN PAISANO.- Ya volverá. ¡Quién sabe si no le va bien!... ¡Es travieso el mocito!...

CANTALICIO.- Cualquier día lo veo más... Aura va pa la ciudad, se agringa del todo, y si te he visto no me acuerdo. Y si le va bien, es hasta capaz de avergonzarse del criollo viejo que le dio el ser...

UN PAISANO.- ¡Pucha, que los quiere bien usted a los gringos!... ¡Se parece a mí en eso!...

CANTALICIO.- ¡De balde no más!... Mire, compadre... Toda esa pampa de aquel lao del pueblo, hasta cerca del Chañarito, ha sido nuestra, de los González, de los González. ¡Cordobeses del tiempo e la independencia, amigo!... Y un día un pedazo, otro día otro, se lo han ido agarrando esos naciones pa meter el arao... Una pena, amigazo; romper esos campos en que venía así la gramilla... que era un gusto... (Bebe el nuevo vaso que NILDA le sirve, también de un sorbo.)

UN PAISANO.- No tome eso tan ligero, compadre... ¡Mire que es muy engañosa!...

CANTALICIO.- No le hace... Pues sí, señor... Y el último pedazo de pampa que nos iba quedando, me lo acaban de arrancar estos ladrones... ¡Ahora mesmito!... Vergüenza nos había e dar a todos los criollos... (Golpea fuertemente la mesa.)

EL CURA.- ¡No se altere, don Cantalicio! ¡Un poco de orden, pues!

CANTALICIO.- ¡Oh!... Hasta eso me quieren privar también... ¡Sabe que está bonito!... ¿Es decir, que porque soy hijo del país tengo menos derecho que todos ustedes, que se pasan aquí el día gritando y cantando como si fuese fonda e vascos?... El golpiar lo que se me antoje, porque pa eso soy criollo, ¿me oyen?...

EL CURA.- Era una broma, don Cantalicio... Por ver lo que decía.

CANTALICIO.- Está güeno. Si es así, no he dicho nada. (Irguiéndose de nuevo.) Pero sepan todos...

UN PAISANO.- ¡Siéntese, compadre!... No valen la pena...

CANTALICIO.- Está güeno. (Sentándose.) ¡Hum!...

UN PAISANO.- Entonces, decía...

CANTALICIO.- ¡Sirva otra ginebra... cargadita!...

UN PAISANO.- ¡No tome más!... Le hará mal.

CANTALICIO.- Déjeme.

PAISANO.- (Distrayéndolo.) ¿Entonces, negoció no más el campito?...

CANTALICIO.- Me lo quitaron; ¿no le he dicho?... Yo le metí pleito al gringo... Y tenía derecho... Pero estos diablos, con la plata, pronto se arreglan con los jueces y fiscales, y esa runfla de escribanos... El asunto seguía, pero sin miras de acabar, y entonces transamos. He firmado ya... y estoy esperando al gringo viejo que me debe entregar la... fortuna que me queda...

UN PAISANO.- ¿Y qué piensa hacer?...

CANTALICIO.- ¿Yo? ¡Irme a Córdoba... bien lejos! ¡Ande no vea naciones!... ¡A levantar un rancho en el mesmo corazón de la sierra, aunque no haiga más que zorros!... ¡Al menos ésos serán criollos puros!... (Pausa.) ¿Me sirven o no me sirven?...

EL CURA.- Escuche, don Cantalicio, ¿conoce usted el undécimo mandamiento?...

CANTALICIO.- No conozco más que diez, salvo que usted haya inventado algún otro pa cobrar más caros los funerales...

EL CURA.- El undécimo, no embriagarse.

CANTALICIO.- Si usted no fuese cura, ya me oiría... (Después de vaciar la tercera copa.) Y perdone...

UNA VOZ.- (Dentro.) ¡Porta vino barbera!...

CANTALICIO.- Diga, padre, mamarse con vino barbera ¿no es pecado?...

EL CURA.- También, también...

CANTALICIO.- Entonces, apunte pa el lao de los gringos...