Escena VIII

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PRÓSPERO y CANTALICIO.


PRÓSPERO.- Viejo... Ya me iba sin despedirme...

CANTALICIO.- No lo jurés, porque te lo creo... ¿Pa qué te ibas a ocupar del pobre paisano? ¡Si al menos yo juese gringo!...

PRÓSPERO.- ¡Bah!... ¡Bah!... ¡Bah!... ¡Déjese de macanas, viejo! ¡Le ha dao fuerte con los gringos!...

CANTALICIO.- ¡No he de tener razón cuando menos, canejo!...

PRÓSPERO.- (Palmeándolo.) Ya veremos, ya veremos quién la tenía más... (Pausa.) Bien; ya es muy tarde. A ver, tata, un abrazo...

CANTALICIO.- ¿Pero es que te vas de veras?...

PRÓSPERO.- ¿Lo creyó broma?...

CANTALICIO.- ¿Y me dejás solo aura que no queda ni la casa?...

PRÓSPERO.- ¡Qué más remedio! Venga ese abrazo... Hasta la vuelta...

CANTALICIO.- ¡No, no te abrazo!... Andate nomás... andate... andate...

PRÓSPERO.- Como guste usted.


(PRÓSPERO se va. CANTALICIO lo sigue con la mirada.)