La gente honesta: 07


Escena III

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Dichos - ADOLFO.


ADOLFO.- (Saliendo muy desaliñado.) Muchachos... ¡Ja... ja...! ¡Vieran qué cosa!... ¡Voy a reventar de risa! !Vengan, vengan! (Se vuelven todos alborozados.)

VARIAS VOCES.- ¿Qué hay? ¿Qué pasa? ¿Qué es esto?

ADOLFO.- Nada, ¡Ja... ja! Que se ha armado una de a pie entre la rusa y el viejo de los vaporcitos; ¡ja... ja... ja...!

ERNESTO.- ¡Sí, ché!

LOLA.- Cuenta, hombre.

CONSUELO.- ¿Por qué ha sido la bronca?

ADOLFO.- Pero qué risa... ¡ja, ja...!

LOLA.- (Tomándolo por un brazo.) ¡Jesús, qué hombre tan pesado! Cuenta de una vez.

ADOLFO.- (Reponiéndose.) Yo no sé bien por qué habrá sido, pero cuando los vi estaban en lo mejor de la pelea. El viejo medio lloriqueando y la rusa hecha una tigra. Choff! pot! toff! goff! soff! (Risas.) Bueno, de repente, el viejo sacó del bolsillo un estuche y se lo entregó a la muchacha. La muchacha se conformó un poco y hasta le pasó la mano por la cara, pero seguramente la gargantilla era muy ordinaria porque cuando menos se lo espera, la rusa escupió un insulto y ¡ja... ja...! le mandó con el estuche por la cabeza...

ERNESTO.- ¡Ja... ja...! ¡Qué notable!

LOLA.- Bien hecho por mezquino.

ADOLFO.- Ché, pero cállense que ahí viene; vamos a gozarlo.