La gente honesta: 06
Escena II
editarUna dama canta con voz destemplada. Chillidos, aplausos, silbidos, mucha gente abandona el teatro riendo y hablando fuerte. Se van unos por la derecha y otros por la izquierda. Algunos detiénense y presencian la escena. LOLA, CONSUELO, ERNESTO, EL TUERTO PÉREZ, PANCHO, todos cantando la marcha de «Aída», simulando las trompetas con los bastones. Carcajada general.
CURIOSO 1º.- Adiós, muchachos. ¿Cómo les va? ¿Qué andan haciendo?
ERNESTO.- (Aparatoso.) Adiós, adiós. Hola, muchachos, ¿qué les parecen estas gallegas?
CURIOSO 2º.- ¡Macanudas, hermano! Gran bolada, ¿no? ¿Y Adolfo?
ERNESTO.- Por ahí anda. Se ha quedado viudo. No ha podido traer a la gringuita y para vengarse se ha catado una papalina!...
CURIOSO 1º.- ¡Ché! ¿Por casa cómo andamos?
EL AGENTE.- (Acercándose al grupo formado por LOLA, CONSUELO, etc.) Tengan la bondad de ir despejando.
LOLA.- Ya vamos, hombre. ¡Jesús, qué energía!
ERNESTO.- (Volviéndose.) ¿Qué es eso? ¿Qué pasa?
CONSUELO.- ¡Ná! Que er señó Gobernador de la Provincia ha dado un decreto sobre el tránsito público! (Carcajadas.)
EL AGENTE.- (Irritado.) ¡Que despejen he dicho! ¡Y si no quieren entender a las buenas...!
ERNESTO.- Vea, agente... ¡No sea pavo! Si no tiene modales, yo se los voy a enseñar... ¿entiende?
EL AGENTE.- (Amenazador.) ¿A mí?
CONSUELO.- ¡Jesús! Ten cuidado, Ernesto, no vaya a hacer contigo un 28 de setiembre.
PANCHO.- (Interponiéndose.) Vaya, hombre. ¡Sosiégate!... ¡Si no es para tanto!
PÉREZ.- Vámonos de una vez, muchachos!
LOLA y CONSUELO.- ¡Vamos, vamos! Ven, Ernesto. (Lo tironean.)
ERNESTO.- Es que hay que darles una lección a estos insolentes. ( Se alejan por la derecha.)
EL AGENTE.- (Alejándose hacia la izquierda.) ¡Dan un trabajo estos cajetillas!
EL 32.- (De adentro.) ¡Aquí está el coche, el 32, mozos!
PANCHO.- (Volviéndose.) Ché, pero se nos queda Adolfo. Espérenme. ¡Adolfo! (Sube.)