La flor de los recuerdos (México): 49
Juan Díaz Covarrubias. Este joven acaba de dar á luz un tomito de poesías, las cuales no analizo porque me ha hecho el honor de dedicarme su publicación en una carta-prólogo conque la encabeza. Algún periódico, quisquillosamente patriota, le ha echado en cara el habérsela dedicado á un gachupín y no á un mexicano: positivamente la ofrenda de Covarrubias hubiera estado mejor hecha á un ingenio mexicano; pero seguramente no hubiera sido mejor agradecida que por un español. Covarrubias es todavía muy joven; su rica y exaltada imaginación, sus ilusiones vírgenes y sus esperanzas juveniles, inclinan su gusto hacia la escuela romántica: nadie puede forzar al tiempo, ni pensar en su juventud como en su edad madura; el tiempo y la esperiencia conducirán á mejor camino el talento de Covarrubias, cuya fé en el porvenir es inmensa y cuya constancia en el estudio es tenaz é inalterable; y con fé y constancia se logra todo. Covarrubias es una de las plantas de buena esperanza del vergel literario mexicano; siento que el sistema que me he propuesto seguir en esta obra, no me permita hablar mas detenidamente de él y de las suyas; pero aprovecharé la oportunidad de hablar á V. de su padre Don José de Jesús Diaz, á quien olvidé contar en el número de los poetas muertos después de la independencia.