Nota: En esta transcripción se ha respetado la ortografía original.


La fé de erratas.

Un autor erudito publicó una obra digna de aplauso; dedicóla á un gran señor, que, no entendiéndola, la desestimó; pero entre los sabios se distribuyó tan pronto que se hizo segunda impresión.

En ella puso la fé de erratas de la primera, incluyendo como cabeza de todas, la dedicatoria.