La edad en los dientes

Nota: En esta transcripción se ha respetado la ortografía original.


La edad en los dientes.

Un joven elegante, que queria comprar un caballo, preguntó á uno de sus amigos el medio de conocer la edad del animal.

— No se conoce en otra cosa que en los dientes, le contestó su amigo.

Al dia siguiente le presentaron un caballo árabe de inapreciable valor; el joven le abrió la boca, le contó los dientes y le encontró treinta y dos.

— Es mucha edad treinta y dos años, dijo para sí, y lo dejó con desprecio.

Por la tarde le presentaron un armazón de huesos, verdadero esqueleto, que parecia andar con ruedas; le examinó la boca, y le encontró cuatro dientes.

— Esto es lo que yo busco, dijo el joven; un caballo de cuatro años, que comiendo cebada se engordará.