La de San Quintín: 21
Escena VI
editarDichos; DON JOSÉ por el foro; tras él LORENZA.
DON JOSÉ.- Pero, Marqués, le estoy esperando...
EL MARQUÉS.- Allá iba...
DON JOSÉ.- (Registrando con la mirada toda la terraza.) ¿No ha vuelto ese loco? (A LORENZA.) ¿Y César?
LORENZA.- En su cuarto. El señor de Canseco ha salido; dijo que volverá.
DON JOSÉ.- Ya... (Reconocimiento tenemos).
EL MARQUÉS.- ¿Pero no sabe usted lo mejor?
ROSARIO.- Que soy causa de su delirio, Sr. D. José de mi alma.
DON JOSÉ.- ¿Crees quo no lo había comprendido? Hace días que me dio en la nariz el tufo del volcán.
ROSARIO.- Yo, triste de mí, no le he dado el menor motivo...
DON JOSÉ.- Ya me lo figuro... Hija mía, yo te suplico que hagas lo posible y lo imposible por quitarle de la cabeza esa idea caprichosa. Ni a él le conviene, ni...
ROSARIO.- Claro, ni a mí.
DON JOSÉ.- Yo deseo casarle con una mujer sencillota, sin pretensiones...
ROSARIO.- Alianza muy natural. Y así aseguramos el negocio del pescado.
DON JOSÉ.- No lo digas en broma. (Receloso.) (¡Si alentará ésta su locura! Estaremos en guardia).