La casa de los celosLa casa de los celosMiguel de CervantesJornada III
Jornada III
<poem>
Salen LAUSO y CORINTO, pastores.
LAUSO
En el silencio de la noche, cuando
ocupa el dulce sueño a los mortales,
la pobre cuenta de mis ricos males
estoy al cielo y a mi Clori dando.
Y, al tiempo cuando el sol se va mostrando, 5
por las rosadas puertas orientales,
con gemidos y acentos desiguales
voy la antigua querella renovando.
Y cuando el sol de su estrellado asiento
derechos rayos a la tierra envía, 10
el llanto crece, y doblo los gemidos.
Vuelve la noche, y vuelvo al triste cuento,
y siempre hallo en mi mortal porfía
al cielo sordo, a Clori sin oídos.
CORINTO
¿Para qué tantas endechas? 15
Lauso amigo, déjalas,
pues mientras más dices, más
siempre menos te aprovechas.
Yo tengo el corazón negro
por Clori y por sus desdenes; 20
mas, pues no me vienen bienes,
ya con los males me alegro.
Clori y la nueva pastora,
ajenas de nuestros males,
con voces claras e iguales, 25
venían cantando agora.
Al encuentro les salgamos
y ayudemos su canticio;
que tanto llorar es vicio,
si bien lo consideramos. 30
LAUSO
¿Viene Rústico con ellas?
CORINTO
No se les quita del lado.
LAUSO
¡Ah pastor afortunado!
Ni quiero oíllas, ni vellas.
CORINTO
Eso ya no puede ser, 35
que veslas, vienen allí;
canta por amor de mí.
LAUSO
Procúralas de entender.
(Entra CLORI, cantando, yRÚSTICO con ellas, y ANGÉLICA.)
[CLORI]
¡Bien haya quien hizo
cadenitas, cadenas; 40
bien haya quien hizo
cadenas de amor!
¡Bien haya el acero
de que se formaron,
y los que inventaron 45
amor verdadero!
¡Bien haya el dinero
de metal mejor;
bien haya quien hizo
cadenas de amor! 50
LAUSO
¡Bien haya el amante
que a tantos vaivenes,
iras y desdenes,
firme está y constante!
Éste se adelante 55
al rico mayor.
¡Bien haya quien hizo
cadenas de amor!
RÚSTICO
¡Oh, quién supiera cantar!
CORINTO
¿Que no lo sabes, pastor? 60
RÚSTICO
Ni contralto ni tenor;
que estoy para reventar.
CORINTO
Mas, ¿va que tienes agallas?
Muestra: abre bien la boca,
que esta cura a mí me toca; 65
abre más, si he de curallas.
Ven acá. ¡Mal hayas tú
y el padre que te engendró!
RÚSTICO
Pues, ¿qué culpa tengo yo?
CORINTO
¡Ofrézcote a Bercebú! 70
¿Y no has caído en la cuenta
de que tenías agallas?
RÚSTICO
Pues, ¿hay más sino sacallas?
CLORI
Esta burla me contenta;
que, puesto que bien le quiero, 75
que le burlen me da gusto.
CORINTO
Yo te sacaré, a tu gusto,
o cantor o pregonero.
¿Tienes algún senojil?
RÚSTICO
Una ligapierna tengo, 80
y buena.
CORINTO
Ya me prevengo
a hacerte cantor sutil.
Aquésta poco aprovecha;
que, para este menester,
izquierda tiene de ser, 85
que no vale la derecha.
¿Qué me darás, y te haré
cantor subido y notable?
RÚSTICO
En la paga no se hable,
que un novillo te daré. 90
La liga izquierda es aquésta:
tómala, y pon diligencia
en mostrar aquí tu ciencia.
CORINTO
Dios sabe cuánto me cuesta.
Mas con esta liga y lazo 95
saldré muy bien con mi intento.
RÚSTICO
Hacia esta parte las siento.
CORINTO
Déjame atar; quita el brazo.
¿Con qué voz quieres quedar:
tiple, contralto o tenor? 100
RÚSTICO
Contrabajo es muy mejor.
CORINTO
Ese no te ha de faltar
mientras tratares conmigo.
Ten paciencia, sufre y calla;
ya se ha quebrado una agalla. 105
RÚSTICO
¡Que me ahogas, enemigo!
CORINTO
Contralto quedas, sin duda,
que la voz lo manifiesta.
[...] pues aun ahora está en muda;
a otro estirón que le dé, 110
estará como ha de estar.
RÚSTICO
Ladrón, ¿quiéresme ahogar?
CORINTO
No lo sé; mas probaré.
CLORI
¡Acaba; la burla baste!
RÚSTICO
¡A mí semejantes burlas! 115
CORINTO
Rústico, ¿de mí te burlas,
que no me pagas y vaste?
¡Pues a fee que has de llevar
comida y sobrecomida!
Todo, amigo, se comida 120
a ayudarme a este cantar:
Corrido va el abad,
por el cañaveral.
Corrido va el abad,
corrido va y muy mohíno, 125
porque, por su desatino,
cierto desastre le vino
que le hizo caminar
por el cañaveral.
Confiado en que es muy rico, 130
no ha caído en que es borrico;
y por aquesto me aplico
a decirle este cantar:
por el cañaveral...
(Parece REINALDOS por la montaña.)
LAUSO
La burla ha estado, a lo menos 135
como al sujeto conviene.
ANGÉLICA
¡Otra vez mi muerte viene!
¡Abrid, tierra, vuestros senos
y encerradme en ellos luego!
LAUSO
¿De qué, pastora, te espantas? 140
ANGÉLICA
¡A vosotras, tiernas plantas,
mi vida o mi muerte entrego!
(Éntrase ANGÉLICA huyendo.)
CLORI
Lauso, vámonos tras ella,
a ver qué le ha sucedido.
LAUSO
A tu voluntad rendido 145
estoy siempre, ingrata bella.
(Éntranse todos, y quédase CORINTO.)<poem>
REINALDOS
O le falta al Amor conocimiento,
o le sobra crueldad, o no es mi pena
igual a la ocasión que me condena
al género más duro de tormento.
Pero si Amor es dios, es argumento 155
que nada ignora, y es razón muy buena
que un dios no sea cruel. Pues, ¿quién ordena
el terrible dolor que adoro y siento?
Si digo que es Angélica, no acierto;
que tanto mal en tanto bien no cabe, 160
ni me viene del cielo esta rüina.
Presto habré de morir, que es lo más cierto;
que, al mal de quien la causa no se sabe,
milagro es acertar la medicina.
CORINTO
¡Ta, ta! De amor viene herido; 165
bien tenemos que hacer.
REINALDOS
¿Que no quieres parecer,
oh bien, por mi mal perdido?
¿Has visto, pastor, acaso,
por entre aquesta espesura, 170
un milagro de hermosura
por quien yo mil muertes paso?
¿Has visto unos ojos bellos
que dos estrellas semejan,
y unos cabellos que dejan, 175
por ser oro, ser cabellos?
¿Has visto, a dicha, una frente
como espaciosa ribera,
y una hilera y otra hilera
de ricas perlas de Oriente? 180
Dime si has visto una boca
que respira olor sabeo,
y unos labios por quien creo
que el fino coral se apoca.
Di si has visto una garganta 185
que es coluna deste cielo,
y un blanco pecho de yelo,
do su fuego Amor quebranta;
y unas manos que son hechas
a torno de marfil blanco, 190
y un compuesto que es el blanco
do Amor despunta sus flechas.
CORINTO
¿Tiene, por dicha, señor,
ombligo aquesa quimera,
o pies de barro, como era 195
la de aquel rey Donosor?
Porque, a decirte verdad,
no he visto en estas montañas
cosas tan ricas y estrañas
y de tanta calidad. 200
Y fuera muy fácil cosa,
si ellas por aquí anduvieran,
por invisibles que fueran
verlas mi vista curiosa.
Que una espaciosa ribera, 205
dos estrellas y un tesoro
de cabellos, que son oro,
¿dónde esconderse pudiera?
Y el sabeo olor que dices,
¿no me llevara tras sí? 210
Porque en mi vida sentí
romadizo en mis narices.
Mas, en fin, decirte quiero
lo que he hallado, y no ser terco.
REINALDOS
¿Qué son? Habla.
CORINTO
Tres pies de puerco 215
y unas manos de carnero.
REINALDOS
¡Oh hi de puta, bellaco!;
pues, ¿con Reinaldos de burlas?
CORINTO
De mis donaires y burlas
siempre tales premios saco. 220
(Éntrase huyendo CORINTO.)
(Suena dentro esta voz de ANGÉLICA.)
ANGÉLICA
¡Socorredme, Reinaldos, que me matan!
¡Mira que soy la sin ventura Angélica!
REINALDOS
La voz es ésta de mi amada diosa.
¿Adónde estás, tesoro de mi alma,
única al mundo en hermosura y gracia? 225
La triste barca del barquero horrendo
pasaré por hallarte, y al abismo,
cual nuevo Orfeo, bajaré llorando
y romperé las puertas de diamante.
ANGÉLICA
¡Moriré si te tardas; date prisa! 230
REINALDOS
¿Qué camino he de hacer, amada mía?
¿Estás en las entrañas de la tierra,
o enciérrante estas peñas en su centro?
Doquier que estás te buscaré, viviendo,
o ya desnudo espíritu sin carne. 235
(Salen dos SÁTIROS que traena ANGÉLICA como arrastrando,con un cordel a la garganta.)
ANGÉLICA
¡Socorredme, Reinaldos, que me matan!
REINALDOS
No corráis más; volved, ligeras plantas,
que no os va menos que la vida en esto.
¡Miserable de mí! ¿Quién me detiene?
¿Quién mis pies ha clavado con la tierra? 240
¡Verdugos infernales, deteneos!
¡No añudéis el cordel a la garganta,
que es basa donde asienta y donde estriba
el cielo de hermosura sobrehumana!
¡Miserable de mí cien mil vegadas, 245
que no puedo moverme ni dar paso!
Canalla infame, ¿para qué os dais prisa
a acabar esa vida de mi vida,
a escurecer el sol que alumbra el mundo?
¡Tate, traidores, que apretáis un cuello 250
adonde el amor forma tales voces,
que el mal desmenguan y la gloria aumentan
del venturoso que escucharlas puede!
¡Oh, que la ahogan! ¡Socorredla, cielos,
pues yo no puedo! ¡Oh sátiros lascivos! 255
¿Cómo tanta belleza no os ablanda?
(Vanse los SÁTIROS.)
Ya dieron fin a su cruel empresa;
muerta queda mi vida, muerta queda
la esperanza que en pie la sostenía:
ahora os moveré, pues, sin provecho; 260
otra vez y otras mil soy miserable;
ahora, pies, me llevaréis do vea
la imagen de la muerte más hermosa
que vieron ni verán ojos humanos;
¡oh pies, al bien enfermos y al mal sanos! 265
(Llégase REINALDOS a ANGÉLICA.)
¿Es posible que ante mí
te mataron, dulce amiga?
¿Y es posible que se diga
que yo no te socorrí?
¿Que es posible que la muerte 270
ha sido tan atrevida,
que acabó tu dulce vida
con trance amargo y tan fuerte?
¿Y que mi ventura encierra
tanta desventura y duelo, 275
que hoy tengo de ver mi cielo
puesto debajo la tierra?
¿Qué antropófagos, qué scitas
contra ti se conjuraron,
y qué manos te acabaron 280
sacrílegas y malditas?
Sin duda, el infierno todo
fue en tan desdichada empresa,
que así lo afirma y confiesa
de tu muerte el triste modo. 285
Mas yo le moveré guerra,
si es que me alcanza la vida
en tu triste despedida
para vivir en la tierra.
¿Yo vivir? Démoste agora 290
sepultura, ¡oh ángel bello!,
y después me veré en ello
cuando se llegue la hora.
Será de azada esta daga,
que abrirá la estrecha fuesa, 295
y daráse en ello priesa,
porque ha de hacer otra llaga.
Brazo en valor sin segundo,
trabajad con entereza
para enterrar la riqueza 300
mayor que ha tenido el mundo.
Vuestro afán, y no mi celo,
parece que en esto yerra,
si he de sacar tanta tierra
que venga a cubrir el cielo. 305
La tierra te sea liviana,
estremo de la beldad
que crió en cualquier edad
la naturaleza humana.
El tesoro desentierra 310
el que halla algún tesoro;
mas yo sigo otro decoro,
que cubro el mío con tierra.
Esta parte es concluida;
otra falta, y concluiráse, 315
si bien el alma costase,
como ha de costar la vida.
Otra sepultura esquiva
abriréis, daga, en mi pecho,
con que daréis fin a un hecho 320
que por luengos siglos viva.
Mi cuerpo, mi dulce y bella,
quede en esta tierra dura
cual piedra de sepultura,
que dice quién yace en ella. 325
¡Ea, cobarde francés,
morid con bríos ufanos,
pues no os ataron las manos
como os ligaron los pies!
(Vase a dar REINALDOS con la daga;sale MALGESÍ en su mesma figuray detiénele el brazo, diciendo:)
MALGESÍ
No hagas tal, hermano amado; 330
porque, en este desconcierto,
antes que no verte muerto
quiero verte enamorado.
Aquesta enterrada y muerta
no es Angélica la bella, 335
sino sombra o imagen della,
que su vista desconcierta.
Para volverte en tu ser,
hice aquesta semejanza;
que el amor sin esperanza 340
no suele permanecer.
Mas, pues es tal tu locura,
que aun sin ella perseveras,
mira, para que no mueras,
vacía la sepultura. 345
REINALDOS
¿Que estos sobresaltos das
al que tienes por hermano?
Hechicero, mal cristiano;
mas tú me lo pagarás.
Pues lo sabes, ¿por qué gustas 350
de tratarme deste modo?
MALGESÍ
Porque te estremas en todo,
y a ningún medio te ajustas.
Ven, y pondréte en la mano
a Angélica, y no fingida. 355
REINALDOS
Seréte toda mi vida
humilde, obediente hermano.
(Éntranse todos.)
(Suena una trompeta bastarda,lejos, y entran en el teatroCARLOMAGNO y GALALÓN.)
CARLOMAGNO
¿Qué trompeta es la que suena?
¿Si es acaso otra aventura
que nos ponga en desventura, 360
que la otra no fue buena?
Bien lo dijo Malgesí;
mas yo, incrédulo y cristiano,
tuve su aviso por vano,
y crédito no le di. 365
Otra vez suena. ¿No habrá
quien nos avise qué es esto?
GALALÓN
Yo te lo diré bien presto.
CARLOMAGNO
Mejor éste lo dirá.
(Entra un PAJE.)
PAJE
Por San Dionís han entrado 370
dos apuestos caballeros
que parecen forasteros,
pero de esfuerzo sobrado:
uno mayor y robusto,
otro mancebo y galán. 375
GALALÓN
¿Dónde llegan?
PAJE
Llegarán.
Mas miradlos, si os da gusto,
que veis do asoman allí.
(Entra MARFISA y BERNARDO, a caballo.)
CARLOMAGNO
¡Bravo ademán y valiente!
GALALÓN
¡Qué gran número de gente 380
que traen los dos tras de sí!
CARLOMAGNO
Pondré yo que es desafío.
GALALÓN
El continente así muestra.
CARLOMAGNO
¿Dónde está agora la diestra
de Roldán?
GALALÓN
¡Ah, señor mío! 385
¿Faltan en tu corte iguales
a Roldán?
CARLOMAGNO
Yo no lo sé.
Calla, que hablan.
GALALÓN
Sí haré.
CARLOMAGNO
Si dijeras desiguales...
MARFISA
Escúchame, Carlomagno, 390
que yo hablaré como alcance
mi voz hasta tus orejas,
por más que estemos distantes;
y denme también oídos
tus famosos Doce Pares, 395
que yo les daré mis manos
cada y cuando que gustaren.
Una mujer soy que encierra
deseos en sí tan grandes,
que compiten con el cielo, 400
porque en la tierra no caben.
Soy más varón en las obras
que mujer en el semblante;
ciño espada y traigo escudo,
huigo a Venus, sigo a Marte; 405
poco me curo de Cristo;
de Mahoma no hay hablarme;
es mi dios mi brazo solo,
y mis obras, mis Penates.
Fama quiero y honra busco, 410
no entre bailes ni cantares,
sino entre acerados petos,
entre lanzas y entre alfanjes.
Y es fama que las que vibran
y las que ciñen tus Pares 415
vuelan y cortan más que otras
regidas de brazos tales.
Por probar si esto es verdad,
vivos deseos me traen,
y a todos los desafío, 420
pero a singular certamen;
y, para que no se afrenten
de una mujer que esto hace,
mi nombre quiero decilles:
soy Marfisa, y esto baste. 425
BERNARDO
En el padrón de Merlín
va Marfisa a aposentarse,
donde esperará tres días
el deseado combate;
y si tantos acudieren 430
que no puedan despacharse,
ella desde aquí me escoge
y elige por su ayudante.
Soy caballero español
de prendas y de linaje, 435
y quizá el mismo deseo
de Marfisa aquí me trae.
Y entended que el desafío
ha de ser a todo trance,
porque grandes honras deben 440
comprarse a peligros grandes.
MARFISA
Decid que deje Roldán
amorosos disparates,
que con Venus y Cupido
se aviene mal el dios Marte. 445
Lo que el español ha dicho
lo confirmo; y, porque es tarde
y el padrón no está muy cerca,
el Dios que adoráis os guarde.
CARLOMAGNO
¿Hay, por dicha, Galalón, 450
en París otros Roldanes?
¿Hay otro alguno que pueda
con Reinaldos igualarse?
Si los hay, ¿cómo han callado,
oyendo desafiarse? 455
¡Oh, mal hubieses, Angélica,
que tantos males me haces!
Colgados de tu hermosura,
todos mis valientes traes;
solo han dejado a París, 460
solo, por ir a buscarte.
GALALÓN
Mientras vive Galalón,
ninguno podrá agraviarte;
y mañana con las obras
haré mis dichos verdades. 465
Dame licencia, señor,
porque al punto vaya a armarme.
CARLOMAGNO
No hay para qué me la pida
quien es de los Doce Pares.
(Éntranse.)
(Entran FERRAGUTO y ROLDÁN,riñendo, con las espadas desnudas.)
ROLDÁN
Tú le mataste, y fue alevosamente, 470
moro español, sin fe y sin Dios nacido.
FERRAGUTO
Tu falsa lengua, como falso, miente,
y mentirá mil veces, y ha mentido.
ROLDÁN
¿No fue maldad echarle en la corriente
del río?
FERRAGUTO
Muy bien puede del vencido 475
hacer el vencedor lo que quisiere.
ROLDÁN
De tu falso argüir eso se infiere.
No te retires, bárbaro arrogante,
que quiero castigar tu alevosía.
FERRAGUTO
Si me retiro, fanfarrón de Aglante, 480
el paso sí, la voluntad no es mía.
Por Mahoma te juro, y Trivigante,
que no sé quién me impele y me desvía
de tu presencia, ¡oh paladín gallardo!
ROLDÁN
Con ésta acabarás, que ya me tardo. 485
(Retírase FERRAGUTO, y, puesto en la tramoya, al tirarle ROLDÁN una estocada, se vuelva la tramoya, y parece en ella ANGÉLICA, y ROLDÁN, echándose a los pies della; al punto que se inclina, se vuelve la tramoya, y parece uno de los SÁTIROS, y hállase ROLDÁN abrazado con sus pies.)
ROLDÁN
¿Qué milagros son éstos, Dios inmenso?
¿Es piedad del Amor ésta que veo?
Arrójome a tus pies, y en esto pienso
que satisfago en todo a mi deseo.
Coge, amada enemiga, el fruto y censo 490
que estos labios te dan, y por trofeo
ponga Amor en su templo que un Orlando
está tus bellas plantas adorando.
De ámbar pensé, mas no es sino de azufre,
el olor que despiden estas plantas. 495
¿Adónde tanto engaño, Amor, se sufre,
o quién puede formar visiones tantas?
Ésta veré si esta estocada sufre.
(Vuélvese la tramoya,y parece MALGESÍ en su forma.)
MALGESÍ
Primo, ¿que no te enmiendas ni te espantas?
ROLDÁN
¡Oh Malgesí! Hazaña ha sido aquésta 500
que mi amor y tu ciencia manifiesta.
Mas, dime: ¿de qué sirven tantas pruebas
para ver que estoy loco y que me pierdo,
sabiendo que el estilo que tú llevas
ni le cree ni le admite el hombre cuerdo? 505
MALGESÍ
Ven conmigo, Roldán; daréte nuevas
de tu bien por tu mal.
ROLDÁN
¡Oh sabio acuerdo!
Llévame, primo, en presuroso vuelo
deste infierno de ausencia a ver mi cielo.
MALGESÍ
Arrima las espaldas a esa caña, 510
los ojos cierra y de Jesús te olvida.
ROLDÁN
Grave cosa me pides.
MALGESÍ
Date maña,
que importa a tu contento esta venida.
ROLDÁN
¿Estoy bien puesto?
MALGESÍ
Bien.
ROLDÁN
Jesús me valga,
aunque jamás con esta empresa salga. 515
(Vuélvese la tramoya con ROLDÁN;salen BERNARDO y MARFISA,y suena dentro una trompeta.)
BERNARDO
Trompeta y caballos siento,
y, según mi parecer,
paladín debe de ser
que viene al padrón contento,
y seguro de alcanzar 520
de ti, Marfisa, el trofeo.
MARFISA
A pie viene, a lo que veo.
BERNARDO
Pues, ¿quién le hizo apear?
MARFISA
Lo que a nosotros. ¿No ves
que aquí caballo no llega? 525
BERNARDO
Sin duda, es de la refriega;
que me parece francés.
(Entra GALALÓN, armado de peto y espaldar.)
GALALÓN
Sálveos Dios, copia dichosa,
tan bella como valiente.
BERNARDO
Dios te salve y te contente. 530
MARFISA
¡Salutación enfadosa!
Sálveme mi brazo a mí,
y conténteme mi fuerza.
GALALÓN
Vuestro desafío me fuerza
y mueve a venir aquí. 535
MARFISA
Dime si eres paladín.
GALALÓN
Paladín digo que soy.
BERNARDO
¿Partiste de París hoy?
GALALÓN
Anoche.
BERNARDO
Pues, ¿a qué fin?
GALALÓN
No más de a ver si hay qué ver 540
en ti y la bella Marfisa.
BERNARDO
Tú te has dado buena prisa.
GALALÓN
Conviene, porque hay que hacer.
MARFISA
¿Qué tienes que hacer?
GALALÓN
Venceros
y dar a París la vuelta. 545
BERNARDO
Si cual tienes lengua suelta
tienes agudos aceros,
bien saldrás con tu intención.
Mas, dime: ¿cómo es tu nombre?
GALALÓN
Diréoslo, porque os asombre: 550
es mi nombre Galalón,
el gran señor de Maganza,
de los Doce el escogido.
BERNARDO
Días ha que yo he sabido
que eres una buena lanza, 555
un crisol de la verdad,
un abismo de elocuencia,
un imposible de ciencia,
un archivo de lealtad.
MARFISA
Contra la razón te pones, 560
Bernardo, porque la fama
por todo el mundo derrama
que éste es saco de traiciones,
y aun enemigo mortal
de todos los paladines, 565
malsín sobre los malsines,
mentiroso y desleal,
y, sobre todo, cobarde.
GALALÓN
A la prueba me remito,
y vengamos al conflito, 570
que se va haciendo tarde.
Empero, si queréis iros
sin comenzar esta empresa,
yo os juro y hago promesa
de eternamente serviros 575
y de no desenvainar
en contra vuestra mi espada.
BERNARDO
Promesa calificada
y muy digna de estimar.
MARFISA
Dame la mano, que quiero 580
aceptarte por amigo.
GALALÓN
Doyla, porque siempre sigo
proceder de caballero.
¡Cuerpo de quien me parió,
que los huesos me quebrantas! 585
MARFISA
Pues, ¿desto poco te espantas?
GALALÓN
De menos me espanto yo.
De modo vas apretando,
que se acerca ya mi fin.
BERNARDO
¿Un famoso paladín 590
ansí se ha de estar quejando
porque le dé una doncella
la mano por gran favor?
GALALÓN
¿Ésta es doncella? Es furor,
es rayo que me atropella, 595
es de mi vida el contraste,
pues que ya me la ha quitado.
MARFISA
¡Por Dios, que se ha desmayado!
BERNARDO
¿Cómo, y tanto le apretaste?
MARFISA
La mano le hice pedazos. 600
BERNARDO
¡Oh desdichado francés!
MARFISA
Quitarle quiero el arnés,
pues viene sin guardabrazos,
y ponerle por trofeo
colgado de alguna rama, 605
con un mote que su fama
descubra, como deseo.
Pero fáltanme instrumentos
con que ponerlo en efecto.
(MALGESÍ dice de dentro:)
MALGESÍ
No faltarán, te prometo, 610
pues sé tus buenos intentos.
Esos ministros que envío
cumplirán tu voluntad.
BERNARDO
¡Oh, qué estraña novedad!
MARFISA
¿Quién sabe el intento mío? 615
Los versos dicen lo mismo
que imaginé en mi intención.
¿Si llevan a Galalón
estos diablos al abismo?
GALALÓN
Ya yo entiendo que aquí andas; 620
a ti digo, Malgesí.
Di: ¿no hallaste para mí
otro coche ni otras andas?
(Llévanle los SÁTIROS en brazos a GALALÓN.)
MARFISA
Di cómo dice el trofeo;
quizá yo no lo he entendido. 625
BERNARDO
Agudo está y escogido.
MARFISA
Léelo en voz.
BERNARDO
En voz lo leo:
Estar tan limpio y terso aqueste acero,
con la entereza que por todo alcanza,
nos dice que es, y es dicho verdadero, 630
del señor de la casa de Maganza.
Estas selvas está cierto
que están llenas de aventuras.
MARFISA
Quedado habemos a escuras,
por el sol que se ha encubierto; 635
y, entre tanto que él visita
los antípodas de abajo,
demos al sueño el trabajo
que el reposo solicita.
A esta parte dormiré; 640
tú, Bernardo, duerme a aquélla,
hasta que salga la estrella
que a Febo guarda la fe.
Y si en aquestos tres días
no vinieren paladines, 645
buscaremos otros fines
de más altas bizarrías.
BERNARDO
Bien dices, aunque el sosiego
pocas veces le procuro,
con todo, a este peñón duro 650
el sueño y cabeza entrego.
(Échase a dormir.)
(Sale por lo hueco del teatro CASTILLA,con un león en la una mano,y en la otra un castillo.)
CASTILLA
¿Duermes, Bernardo amigo,
y aun de pesado sueño,
como el que de cuidados no procede?
¿Huyes de ser testigo 655
de que un estraño dueño
tu amada patria sin razón herede?
¿Esto sufrirse puede?
Advierte que tu tío,
contra todo derecho, 660
forma en el casto pecho
una opinión, un miedo, un desvarío
que le mueve a hacer cosa
ingrata a ti, infame a mí, y dañosa.
Quiere entregarme a Francia, 665
temeroso que, él muerto,
en mis despojos no se entregue el moro,
y está en esta ignorancia
de mi valor incierto
y dese tuyo sin igual que adoro. 670
No mira que el decoro
de animosa y valiente,
sin cansancio o desmayo,
que me infundió Pelayo,
he guardado en mi pecho eternamente, 675
y he de guardar contino,
sin que pavor le tuerza su camino.
Ven, y con tu presencia
infundirás un nuevo
corazón en los pechos desmayados; 680
curarás la dolencia
del rey, que, ciego al cebo
de pensamientos en temor fundados,
sigue vanos cuidados,
tan en deshonra mía, 685
que, si tú no me acorres
y luego me socorres,
huiré la luz del sol, huiré del día,
y en noche eterna obscura
lloraré sin cesar mi desventura. 690
Por oculto camino
del centro de la tierra
te llevaré, Bernardo, al patrio suelo.
Ven luego, que el destino
propicio tuyo encierra 695
tú en tu brazo tu honra y mi consuelo.
Ven, que el benigno Cielo
a tu favor se inclina.
Llevaré a tu escudero
por el mismo sendero. 700
Y tú, sin par, que aspiras a divina,
procura otras empresas,
que es poco lo que en éstas interesas.
Nadie en esta querella
batallará contigo, 705
que tras sí se los lleva la hermosura
de Angélica la bella,
común fiero enemigo
de los que en esto ponen su ventura.
Y está cierta y segura 710
que dentro en pocos años
verás estrañas cosas,
amargas y gustosas,
engaños falsos, ciertos desengaños.
Y, en tanto, en paz te queda, 715
y así cual lo deseo te suceda.
(Éntrase CASTILLA conBERNARDO por lo hueco del teatro.)
MARFISA
Selvas de encantos llenas,
¿qué es aquesto que veo?
¿Qué figuras son éstas que se ofrecen?
¿Son malas o son buenas? 720
Entre creo y no creo,
me tienen estas sombras que parecen:
admiraciones crecen
en mí, no ningún miedo.
Lleváronme a Bernardo, 725
y aquí sin causa aguardo.
Ir quiero a do mostrar mi esfuerzo puedo.
Vuelto me he en un instante;
derecha voy al campo de Agramante.
(CORINTO, pastor,y ANGÉLICA, como pastora.)
CORINTO
Digo que te llevaré, 730
si fuese a cabo del mundo.
ANGÉLICA
En tu valor, sin segundo,
sé bien que bien me fié.
CORINTO
Haya güelte, y tú verás
si te llevo do quisieres. 735
ANGÉLICA
Mira tú cuánto pudieres,
que eso mismo gastarás;
que tengo joyas que son
de valor y parecer.
CORINTO
Y ¿adónde se han de vender? 740
ANGÉLICA
Ahí está la confusión.
CORINTO
No reparar en el precio:
que, cuando hay necesidad,
es punto de habilidad
dar la cosa a menos precio. 745
Y más, que todo lo allana
un buen ingenio cursado.
Y ¿cuándo has determinado
que partamos?
ANGÉLICA
Yo, mañana.
CORINTO
Daremos de aquí en Marsella, 750
y allí nos embarcaremos,
y el camino tomaremos
para España, rica y bella.
Y, en saliendo del Estrecho,
tomar el rumbo a esta mano 755
por el mar profundo y cano
que tantas burlas me ha hecho.
Digo que si naves hay,
y en el viento no hay reveses,
en menos de trece meses 760
yo te pondré en el Catay.
¿Quieres más?
ANGÉLICA
Eso me basta,
si así lo ordenase el Cielo.
CORINTO
Aunque me ves deste pelo,
soy marinero de casta, 765
y nado como un atún,
y descubro como un lince,
y trabajo más que quince,
y más que veinte, y aún.
Pues, en el guardar secreto, 770
haz cuenta que mudo soy.
¿Quieres que nos vamos hoy?
(Entra REINALDOS.)
ANGÉLICA
¡Oh nuevo y terrible aprieto!
Si éste me conoce, es cierta
mi muerte y mi sepultura. 775
CORINTO
Pues encubre tu hermosura,
si es que puede estar cubierta.
Pero dime: ¿que éste es
el francés del otro día?
¡Adiós, pastoraza mía, 780
que está mi vida en mis pies!
(Huye CORINTO.)
ANGÉLICA
No es acertado esperalle;
muy mejor será huir.
REINALDOS
¿Sabrásme, amiga, decir,
de un rostro, donaire y talle 785
que es, más que humano, divino?
Alza el rostro. ¿A qué te encubres,
que parece que descubres
un no sé qué peregrino?
Alza a ver. ¡Oh santos cielos! 790
¿Qué es esto que ven mis ojos?
¡Oh gloria de mis enojos,
oh quietud de mis recelos!
¿Quién os puso en este traje?
¿Huísos? Pues, ¡vive Dios!, 795
ingrata, que he de ir tras vos
hasta que al infierno baje,
o hasta que al cielo me encumbre,
si allá os pensáis esconder;
que el tino no he de perder, 800
pues va delante tal lumbre.
(Corre ANGÉLICA y entra por una puerta,y REINALDOS tras ella; y, al salir por otra,haya entrado ROLDÁN, y encuentra con ella.)
ROLDÁN
De mi dolor conmovido,
te ha puesto el cielo en mis brazos.
REINALDOS
Suelta, que te haré pedazos,
amante descomedido; 805
suelta, digo, y considera
la grosería que haces.
ROLDÁN
¿Para qué turbas mis paces,
sombra despiadada y fiera?
¿No ves que esta prenda es mía 810
de razón y de derecho?
REINALDOS
¡Por Dios, que te pase el pecho!
ANGÉLICA
¡Suerte airada, estrella impía!
REINALDOS
¿Fíaste en ser encantado,
que no quieres defenderte? 815
ROLDÁN
No fío sino en tenerte
por un simple enamorado.
REINALDOS
¡Mataréte, vive el cielo!
ROLDÁN
Si puedes, luego me acaba.
REINALDOS
¿Hay desvergüenza tan brava? 820
ROLDÁN
¿Hay tan necio y simple celo?
ANGÉLICA
¿Hay hembra tan sin ventura
como yo? Dúdolo, cierto.
¡Suelta, cruel, que me has muerto
a manos de tu locura! 825
REINALDOS
¡Suéltala, digo!
ROLDÁN
¡No quiero!
REINALDOS
¿Defiéndete, pues!
ROLDÁN
¡Ni aquesto!
REINALDOS
¡Loco estás!
ROLDÁN
Yo lo confieso,
aunque de estar cuerdo espero.
ANGÉLICA
Divididme en dos pedazos, 830
y repartid por mitad.
ROLDÁN
No parto yo la beldad
que tengo puesta en mis brazos.
REINALDOS
Dejarla tienes entera,
o la vida en estas manos. 835
ANGÉLICA
¡Oh hambrientos lobos tiranos,
cuál tenéis esta cordera!
El cielo se viene abajo,
de mi angustia condolido.
ROLDÁN
¡Oh salteador atrevido, 840
cuán sin fruto es tu trabajo!
(Descuélgase la nube y cubre a todos tres,que se esconden por lo hueco del teatro;y salen luego el EMPERADOR CARLOMAGNO y GALALÓN,la mano en una banda,lastimada cuando se la apretó MARFISA.)
CARLOMAGNO
¿Que vencistes a Marfisa?
GALALÓN
Llegué y vencí todo junto,
porque yo no pierdo punto
si acaso importa la prisa. 845
Maltratóme aquesta mano
de un bravo golpe de espada,
de que quedó magullada,
porque fue el golpe de llano.
CARLOMAGNO
¿Qué se hizo el español? 850
GALALÓN
Como vio en mí a toda Francia,
se deshizo su arrogancia
como las nubes al sol.
También le dejé vencido.
CARLOMAGNO
¡Brava hazaña, Galalón! 855
GALALÓN
Hazaña de un corazón
que es de ti favorecido.
CARLOMAGNO
¿Quién es éste?
GALALÓN
Malgesí.
CARLOMAGNO
¡Oh, a qué buen tiempo que viene!
Parece que se detiene. 860
¿Viene armado?
GALALÓN
Creo que sí.
(Entra MALGESÍ con el escudo de GALALÓN,donde vienen escritos los cuatro versos de antes.)
CARLOMAGNO
Estraña armadura es ésta,
¡oh Malgesí!, caro amigo.
GALALÓN
La ciencia deste enemigo
honra y vida y más me cuesta. 865
MALGESÍ
Señor, pues sabéis leer,
leed aquesta escritura.
GALALÓN
Mi cobardía se apura
si más quiero aquí atender.
Irme quiero a procurar 870
venganza deste embaidor.
(Entra GALALÓN.)
MALGESÍ
Después
os diré, señor,
cosas que os han de admirar.
CARLOMAGNO
¿Adónde queda Roldán,
y adónde queda Reinaldos? 875
MALGESÍ
Sacro emperador, miraldos
de la manera que están.
(Vuelven a salir ROLDÁN, REINALDOS
y ANGÉLICA, de la misma maneracomo se entraron cuando les cubrió la nube.)
REINALDOS
Mi trabajo doy al viento,
por más que mi fuerza empleo.
ROLDÁN
Reinaldos, no soy Anteo, 880
que me ha de faltar aliento.
ANGÉLICA
¡Cobardes como arrogantes,
de tal modo me tratáis,
que no es posible seáis
ni caballeros ni amantes! 885
MALGESÍ
Vuelve la vista, emperador supremo;
verás el genio de París rompiendo
los aires y las nubes, paraninfo
despachado del cielo en favor tuyo.
CARLOMAGNO
¡Hermosa vista y novedad es ésta! 890
(Parece un ÁNGEL en una nube volante.)
ÁNGEL
Préstame, Carlo, atento y grato oído,
y escucha del divino acuerdo cuanto
tiene en tu daño y gusto estatuido
allá en las aulas del alcázar santo.
Presto estos campos con marcial rüido 895
retumbarán, y con horror y espanto
volverá las espaldas la cristiana
a la gente agarena y africana.
En honor de Macón y Trivigante,
con torcida y errada fantasía, 900
viste las duras [armas] Agramante,
y deja Ferragut a Andalucía.
Rodamonte feroz viene delante;
sus fuertes moros Zaragoza envía,
con Marsilio, su rey, y el rey Sobrino, 905
tan prudente, que casi es adivino.
Queda Libia desierta, sin un moro;
de África quedan solas las mezquitas,
y todos a una voz tus lirios de oro
afrentan con palabras inauditas. 910
Mas tú, guardando el sin igual decoro
que guardas en empresas exquisitas,
sal al encuentro luego a esta canalla,
puesto que perderás en la batalla.
Pero después la poderosa mano 915
ayudarte de modo determina,
que del moro español y el africano
seas el miedo y la total rüina.
Vuelvo con esto al trono soberano,
a ver si en tu favor se determina 920
de nuevo alguna cosa, y en un punto
tendrás mi vista y el aviso junto.
(Vase.)
CARLOMAGNO
¡Gracias te doy, Dios inmenso,
por el aviso y merced!
ROLDÁN
Pues ella cayó en mi red, 925
gozalla, sin duda, pienso.
REINALDOS
¿Todavía estás en eso?
ROLDÁN
¿Y tú en eso todavía?
CARLOMAGNO
De vuestra loca porfía
he de sacar buen suceso, 930
y ha de ser desta manera:
aquesta dama llevad,
y al momento la entregad
al gran duque de Baviera,
y el que más daño hiciere 935
en el contrario escuadrón,
llevará por galardón
la prenda que tanto quiere.
ROLDÁN
Soy contento.
REINALDOS
Soy contento.
ROLDÁN
¡Morirán luego a mis manos 940
andaluces y africanos!
MALGESÍ
¡Vano saldrá vuestro intento!
ROLDÁN
¡Despedazaré a Agramante
y a su ejército en un punto!
Cuéntenle ya por difunto. 945