La cátedra
de Julio Herrera y Reissig


De pie, entre sus discípulos y las torvas montañas,
el Astrónomo enuncia todo un óleo erudito.
Él explica el pentagrama del Arcano Infinito,
el amor de los mundos y las fuerzas extrañas...

Con preguntas que inspiran las nocturnas campañas,
lo sumerge en hipótesis el pastor favorito.
El misterio, y de nuevo, en un gesto inaudito,
lo Absoluto discurre por sus barbas hurañas.

De pronto, suda y tiembla, pálido ante el Enigma...
El eco que traduce una burla de estigma,
le sugiere la estéril vanidad de su ciencia.

Su voz, como una piedra, tumba en la inmensa hora..
Arrodíllase, y sobre su contrita insolencia
guiña la eterna y muda comba interrogadora.