La Odisea (Antonio de Gironella)/Canto Decimoquinto
CANTO DÉCIMOQUINTO.
LLEGADA DE TELÉMACO.[1]
Llega á Lacedemonia ya Minerva
A dispertar en el honrado pecho
Del buen hijo de Ulises la memoria
De la patria, incitándole á la vuelta.
A Telémaco ve en el peristilo
Con el hijo de Nestor descansando.
Pisístrato dormía, blandamente
Mecido por un sueño delicioso;
Mas el hijo de Ulises no consigue
El consuelo de tanto beneficio;
Los recuerdos amargos de sus padres,
Sus afanes dispierto le han tenido.
Llegando á él la Diosa así le dice:
«Telémaco, no es tiempo ya que sigas
Lejos de tus hogares y dejando
Tu fortuna á merced de esos protervos
Que tu propio palacio han invadido.
Corre á los sitios donde, entre sus reses,
El ínclito pastor busca un descanso.
- ↑ El lector ha podido apreciar el carácter que el poeta ha dado a este personage; le ha elevado mucho sobre la tradicion que, cuando rey de Itaca le da por esposa a Circe, concubina de su padre; lo mismo que une a Penélope con Telegonio, hijo de Circe y de Ulises. ¡Dichoso siglo de oro, y dichosa poesía que sabe hacer tan hermosos milagros.