Julieta y Romeo/Acto 1/Escena 9
Qué es lo que pasa aquí? criado ninguno
he encontrado al entrar; en este sitio
hallo no mas que frentes inclinadas
y rostros macilentos solo miro.
Dispensadnos. Talerm…
Dispensadnos. Talerm… Oh! no por cierto:
pues os encuentro aquí todos reunidos
y están, aunque la causa no comprenda,
vuestros deudos aquí y vuestros amigos,
bueno será tambien que atentos oigan
la mision que hasta aquí me ha conducido.
Vengo en nombre del principe.
Vengo en nombre del principe. Sus leyes
acatarémos cual vasallos dignos.
Prontos estamos á escucharos todos.
Harto tiempo Verona fué testigo
de esas sangrientas luchas que destrozan
el corazon de sus mas nobles hijos.
Madre infeliz, el terminar desea
el combate sacrílego é impío
que sostienen hermanos contra hermanos;
el príncipe y Talerm quieren lo mismo.
Del príncipe y Verona hablo yo en nombre,
y el odio de Montecho ya vencido,
hoy se aviene el primero, presuroso,
á tenderos la mano de un amigo.
Para Romeo, el hijo de Montecho,
la mano de Julieta solicito.
Montecho cede pues!
Montecho cede pues! El á su patria
de sus odios le debe el sacrificio.
Yo le debo tambien toda mi sangre,
yo le debo á mi patria mis servicios,
mas cediendo Montecho en sus enconos
yo de desprecio solo le hallo digno.
Orgullo!
Orgullo! Le escuchastes, hija mia?
Montecho te demanda para su hijo!
Contesta, dí?
Contesta, dí? Oh! Tebaldo! oh mi Romeo!
Se calla!
Se calla! Su silencio es espresivo.
Rehúsa, ya lo veis.
Rehúsa, ya lo veis. Julieta!
Rehúsa, ya lo veis. Julieta! Cielos!
Talerm yo no… yo no… yo nada he dicho!