Albisu, José Augusto

La Plata, 26 de Abril de 1999

En la ciudad de La Plata, Capital de la Provincia de Buenos Aires, a los veintiséis días del mes de abril del año mil novecientos noventa y nueve, hallándose reunida la Cámara Federal de Apelaciones del circuito, encontrándose presentes el Señor Presidente, Dr Alberto Ramón Durán y los Señores Jueces Antonio Pacilio, Julio Víctor Reboredo, Carlos Alberto Nogueira y Leopoldo Héctor Schiffrin, con la asistencia del Secretario Actuante, y dejándose expresa constancia que también se encuentran presentes el Sr Fiscal General ante la Cámara, Dr Marcelo Molina, el Sr Defensor Oficial, Dr Ricardo Alberto González, en representación de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos La Plata, los Dres. Jaime Gluzmann y Caludio Abalos, con la presencia de la señora Adelina Ethel Dematti de Alaye, comparece una persona previamente citada a quien en este acto se la impone por secretaría de las penas con las que la ley castiga el falso testimonio de acuerdo al art. 275 del Código Penal (conforme art. 295 C.P.M.P), quien seguidamente presta legal juramento de producirse con veracidad en todo lo que supiere y le fuere preguntado. Interrogado por sus circunstancias personales manifiesta llamarse José Augusto Cipriano Albisu, ser de nacionalidad argentina, de 77 años de edad, de estado civil casado, con profesión u ocupación médico, quien se domicilia en la calle........................... de la ciudad de ....................... , Provincia de .............................. , acreditando su identidad mediante Documento Nacional de Identidad. N° 1.789.703, haber nacido el día 18 de noviembre de 1922, en la ciudad de ........................ , Provincia de ........................... , resulta ser hijo de José Augusto Cripriano Albisu y de Rosa Esther Pujol. - Acto seguido se le entera de las generales de la ley, las que explicadas manifiesta que jura decir la verdad y que no está comprendido en las generales de la ley.- A continuación se le entera del contenido de esta causa.

Sr. PRESIDENTE.- Ha sido citado, debido a que se está tratando de averiguar el destino de los libros de guardia médica de la morgue policial. En anteriores oportunidades ha declarado el doctor De Tomas, a quien se le ha consultado respecto del destino actual de esos libros y el recorrido que sufrieron desde que fueron sacados por una orden judicial dictada por el doctor Borráz. Existe constancia de que entre 23 y 24 libros habían sido devueltos por el entonces presidente del Juzgado Penal Nº 1 de la Plata, doctor Borráz, a Sanidad Policial. ¿Tiene usted conocimiento del destino de esos libros?

Sr. ALBISU.- Como usted ha manifestado, fueron enviados por orden judicial y estimo que deben haber sido devueltos a la Dirección de Sanidad, porque no hubo ningún otro reclamo.

Sr. PRESIDENTE.- ¿Se desempeñó usted como director de Sanidad Policial?

Sr. ALBISU.- Sí.

Sr. PRESIDENTE.- ¿Entre qué años?

Sr. ALBISU.- Desde fines de 1982 y principios de 1983 hasta 1987. El último año , es decir, en 1986, se produce una división de la Dirección de Sanidad que fue transitoria, porque después, en definitiva, quedó dividida la Dirección de Sanidad en Sanidad propiamente dicha y en la parte médico legal, que pasó a cumplir otras actividades. No sé cuál fue el destino de los libros.

Sr. PRESIDENTE.- ¿Fue el único año en que estuvo dividida administrativamente la Dirección de Sanidad?

Sr. ALBISU.- Fue durante 1986 y parte de l987.

Sr. PRESIDENTE.- ¿Usted se desempeñaba como director de las dos?

Sr. ALBISU.- Inicialmente sí. Luego pasé a desempeñarme sólo como director de la parte de Sanidad.

Sr. PRESIDENTE.- ¿Y quién era el director de la otra parte?

Sr. ALBISU.- No lo recuerdo bien, porque fue una transición. Además también se produjo un cambio de jefatura de policía. Habría que ir a los libros.

Sr. PRESIDENTE.- En 1986, concretamente, esos libros fueron devueltos.

Sr. ALBISU.- Yo estimo que si.

Sr. PRESIDENTE.- Existe la constancia de haber sido firmada la recepción de los mismos en la Dirección de Sanidad por el doctor De Tomas. ¿De haber sido, como aquí consta ingresados nuevamente en la Dirección de Sanidad. ¿Cuál es el destino, propiamente dicho, desde el punto de vista material dentro de la dirección?

Sr. ALBISU.- Desde el punto de vista material, estaban en la Dirección de Medicina Legal. Creo que el doctor De Tomas era el encargado, el jefe de esa dirección. Anteriormente, creo que había sido el doctor Ciafardo. Más no me acuerdo.

Sr. PRESIDENTE.- ¿Ambas direcciones estaban en el mismo lugar geográfico?

Sr. ALBISU.- Si señor. Creo que si. Inicialmente la morgue estaba en la jefatura. Como era un lugar ilógico que la morgue estuviese ahí, se construyó un nuevo edificio en el cementerio y se trasladó todo la parte de la morgue. Eso es lo que me acuerdo. Debe haber sido en el año 1984.

Sr. PRESIDENTE.- ¿Hay algún archivo dentro de esa dirección?

Sr. ALBISU.- Si, tiene que haber uno. No le sabría decir si existe ahora. En aquella época cuando era director existía un archivo.

Sr. PRESIDENTE.- ¿Donde se encontraba?

Sr. ALBISU.- Mire, la parte de libros de autopsia estaban en la morgue.

Sr. PRESIDENTE.- Yo le pregunto:¿ existía un archivo dentro de medicina legal?

Sr. ALBISU.- Sí.

Sr. PRESIDENTE.- ¿Dónde se encontraba?

Sr. ALBISU.- Cada sector tenía su archivo. No había uno general. Por ejemplo estaba el de juntas médicas, uno de medicina legal, estaba el de licencias que se otorgaba al personal.

Sr. PRESIDENTE.- ¿Concretamente, los libros estos a qué archivo deberían haber ido?

Sr. ALBISU.- Al de medicina legal. El lugar físico no me acuerdo.

Sr. PRESIDENTE.- ¿Usted nunca los vio a esos libros?

Sr. ALBISU.- Si, alguna vez los vi. Son unos libros grandes. El médico tenían que hacer todo el informe.

Sr. PRESIDENTE.- ¿Tiene conocimiento de que fueron incinerados?

Sr. ALBISU.- No. No tengo conocimiento. Bajo mi dirección no se incineró ningún libro.

Sr. PRESIDENTE.- ¿Alguien le había preguntado, en otra oportunidad, sobre esos libros?

Sr. ALBISU.- Nunca. Jamás. Hubo, simplemente que dar parte a la justicia cuando se los envió.

Sr. PRESIDENTE.- Cuando se los envió. Pero después fueron devueltos.

Sr. ALBISU.- No hubo otra requisitoria. No hubo ningún tema relacionado con eso.

Sr. PRESIDENTE.- ¿Cuando fueron devueltos, usted los vio?

Sr. ALBISU.- No los vi, porque había un encargado. Si él me hubiera dicho que no fueron devueltos o que se devolvieron en circunstancias especiales, me hubieran avisado.

Sr. PRESIDENTE.-Usted habló de un encargado ¿quién era él?

Sr. ALBISU.- El doctor De Tomas.

Sr. PRESIDENTE.- ¿El doctor De Tomas era el encargado de los libros?

Sr. ALBISU.- Sí, creo que hasta ese momento era De Tomas. Luego se produce la división transitoria de la Dirección de Sanidad.

Sr. PRESIDENTE.- ¿Esos libros pudieron haber sido enviados a la morgue policial del cementerio?

Sr- ALBISU.- No, porque en la morgue solamente estaban los informes de autopsias.

Sr. PRESIDENTE.- Le voy a hacer una pregunta en nombre del doctor Reboredo que tiene afectada su voz. ¿Hasta qué época fue médico de policía?

Sr.ALBISU.- Hasta 1987.

Sr. PRESIDENTE.- ¿En esa época cesó como director y como policía en funciones?

¿Pasó a revestir como policía retirado?

Sr. ALBISU.- Sí.

Dr. PACILIO.- En agosto de 1986 usted era director de Sanidad, según declaró. El 22 de agosto de 1986 el doctor De Tomas recibe 23 libros de guardia o de prácticas médico-legales. En su momento le exhibimos un papel y reconoció haberlos recibido. Luego él dijo, concretamente, que dichos libros se los entregó al director de Sanidad de ese momento, es decir, a usted. ¿Usted niega eso?

Sr. ALBISU.- ¿Dijo que me los entregó a mi personalmente? No recuerdo que lo haya hecho.

Dr. PACILIO.- ¿No lo recuerda o no se los entregó? Esas son dos cosas distintas.

Sr. ALBISU.- A mí personalmente no me los entregó.

Dr. PACILIO.- ¿Usted no se enteró de la devolución de esos libros? ¿Nadie le preguntó qué hacer con ellos? Son 23 libros voluminosos.

Sr. ALBISU.- No, porque como eran libros que habían sido retirados y retornaban, era una cosa natural.

Dr. PACILIO.- ¿Nadie le dijo qué hacemos con esto, lo archivamos, nada?

Sr. ALBISU.- Si hubiese existido algún inconveniente, estimo que sí. Se me hubiera hecho notar que faltaba un libro o que alguno estaba roto, pero si las cosas regresan normalmente...

Dr. PACILIO.- Usted dijo hace un momento que había un encargado del archivo.

Sr. ALBISU.- En cada sector, el jefe pasa a ser el encargado del archivo.

Dr. PACILIO.- ¿De Tomas era el encargado del archivo?

Sr. ALBISU.-En ese momento era el jefe de Medicina Legal.

Dr. PACILIO.- ¿Quién era el secretario de la Dirección?

Sr. ALBISU.- No lo recuerdo.

Dr. PACILIO.- ¿Usted recuerda una persona de apellido Strugemager?

Sr. ALBISU.- No lo recuerdo.

Dr. PACILIO.- ¿Había una empleada administrativa que era la encargada de este tipo de funciones que se apellidara así?

Sr. ALBISU.- No lo recuerdo.

Dr. PACILIO.- ¿ Conoce usted una reglamentación que obligaba a la conservación de la documentación por diez años?

Sr. ALBISU.- Sí, durante diez años había que mantener toda la documentación.

Dr. PACILIO.- Esta documentación había superado el plazo de conservación, ¿usted sabe si se aplicó esa disposición con relación a este tipo de registros?

Sr. ALBISU.- No lo sé, no tuve noticias de eso.

Dr. PACILIO.- ¿Qué se hacía con la documentación que superaba los diez años?

Sr. ALBISU.- Durante mi gestión no hubo destrucción de documentos. No ordené ningún tipo de destrucción de documentación. Por otra parte, en aquella época dependíamos del Estado Mayor de Policía.

Dr. PACILIO.- ¿Recuerda algún nombre del personal administrativo que tenga antigüedad?

Sr. ALBISU.- Tendría que leer la nómina del personal.

Dr. SCHIFFRIN.- No me quedó clara la distinción que usted hizo entre los libros de la actual Morgue del cementerio donde se practican autopsias y los libros de referencia que son los libros de reconocimientos médicos, de la guardia médica, de los años 1976 a 1982, esos fueron los 23 ó 24 libros que el 22 de agosto de 1986 fueron devueltos por el Juzgado N 1 del doctor De Tomas y que manifestó que se los entregó a usted. ¿Usted desmiente al doctor De Tomas?

Sr. ALBISU.- Personalmente no recuerdo que me los haya entregado.

Dr. SCHIFFRIN.- ¿O sea que a su juicio el doctor De Tomas ha manifestado una inexactitud en ese sentido?

Sr. ALBISU.- Quiero pensar que sí, porque personalmente no los recibí. Yo considero que una entrega personal es en mano.

Dr. SCHIFFRIN.- También puede suceder que le dieran aviso y haya firmado un recibo.

Entonces, ¿tampoco le dio un aviso para que firme?

Sr. ALBISU.- Yo no recuerdo haberle firmado algo al doctor De Tomas.

Dr. SCHIFFRIN.- Entonces, para usted, el doctor De Tomas ha manifestado una inexactitud en su declaración. ¿Usted lo niega o lo afirma?

Sr. ALBISU.- Yo tengo al doctor De Tomas en un alto concepto, pero no recuerdo que me lo haya dicho.

Dr. SCHIFFRIN.- Entonces no recuerda que se lo haya entregado o se lo haya avisado. El doctor Calafell, en la audiencia anterior, manifestó que una vez que los libros en cuestión fueran devueltos a la Dirección de Sanidad, lógicamente deberían haber sido remitidos a la Morgue del cementerio, que lógicamente estaba en funcionamiento. Nosotros hemos practicado una inspección ocular y ahí hay muchos libros pero a partir de 1984, antes no. Entonces le pregunto: ¿desde qué momento empiezan a haber libros separados para las autopsias por un lado y para los reconocimientos de cadáveres por otro?

Sr. ALBISU.- Presumo, que si las autopsias empiezan a realizarse en el cementerio, y ahí está el libro de autopsias, creo que fue desde ese momento.

Dr. SCHIFFRIN.- Daría la impresión que es del ‘84.¿Nunca se habló del tema de la entrega de los libros? En una de las causas que tiene a la vista este Tribunal hay un informe que no lo firma usted sino algún funcionario de la Dirección de Sanidad, donde le recuerda al Juzgado N 1 que los libros entregados en 1984 por el doctor Ciaffardo todavía estaban allí, de manera que no era un tema que se le escapara a la Dirección. Entonces, a pesar de que algún comentario se hizo y que hay algo firmado con fecha de cuando usted era director ¿no era un tema que se hablara, por ejemplo, que había una montaña de libros que les hacía falta y se los llevaron? En la causa Mariani me parece que está el recordatorio de que faltan los libros y los quieren tener. Tal vez esto provocó la entrega de los libros por parte del Juzgado N 1.

Sr. ALBISU.-No recuerdo que se haya hecho una cosa así, de tanta trascendencia.

Dr. SCHIFFRIN.- ¿No tenían trascendencia esos libros?

Sr. ALBISU.- Si usted sabe que están depositados en la Justicia, están en manos de la Justicia.

Dr. SCHIFFRIN.- Pero se recordaba que estaban en manos de la Justicia y se los requería.

Sr. ALBISU.- Si vuelven a la Dirección de Sanidad y sin ninguna novedad, sigo pensando que las cosas son normales.

Dr. SCHIFFRIN.- ¿Dónde tuvo que guardar los libros el doctor De Tomas sin avisarle a usted?

Sr. ALBISU.- Tendría que ubicarme en el local de la Dirección de Sanidad que presumo debe estar totalmente modificado.

Dr. SCHIFFRIN.- Sí, hemos hecho una inspección y no están esos libros. ¿Y el libro de mesa de entradas, cómo se llevaba? Porque el reingreso de los libros debió ser anotado allí.

Sr. ALBISU.- El libro de mesa de entradas estaba en la guardia de seguridad en planta baja.

Dr. SCHIFRIN.- ¿No recuerda quién podía estar a cargo del libro?

Sr. ALBISU.- Hay muchas personas que se jubilaron, no recuerdo los nombres.

Dr. SCHIFFRIN.- Pero el reglamento obligaba a anotar en el libro de entradas todo lo que ingresara.

Sr. ALBISU.- Todo lo que entraba tenía que pasar por la guardia de seguridad.

Sr. PRESIDENTE.- ¿La Fiscalía quiere hacer preguntas?

Dr. MOLINA.- Sí. Quiero requerir a la Excelentísima Cámara que se arbitre lo pertinente para realizar un careo en virtud de lo declarado en el día de la fecha por el doctor Cipriano Albisu y lo declarado en dos oportunidades por el doctor De Tomas, en realación a la existencia o entrega de esos libros que habrían sido entregados por el doctor De Tomas al doctor Cipriano Albisu. Consecuentemente solicito que se efectúe un careo en virtud de la negativa del doctor Albisu a que se le habría hecho entrega de los libros que hoy estamos tratando de determinar su existencia. Por lo tanto dejo planteada esta petición del careo entre el doctor De Tomas y el hoy compareciente.

Sr. PRESIDENTE.- Se toma nota. ¿Por la Asamblea Permanente de Derechos Humanos, quién va a formular preguntas?

Dr. GLUZMANN.- Nosotros íbamos a plantearlo pero en razón de haberlo expuesto con toda claridad el señor fiscal, adherimos a la petición del careo porque entendemos que procesalmente corresponde ya que hay una contradicción abierta entre lo que dice uno y el otro. Y para la pregunta que quiero formularle al doctor Albisu apelo a su memoria, ya que no obstante haber dicho que a él no le entregaron los libros ha manifestado tener conocimiento que los libros volvieron con normalidad, que si lo hubieran hecho con alguna anormalidad lo recordaría, más o menos dijo esto. El doctor Ciaffardo ha declarado que llevó veinticuatro libros y el doctor De Tomas declaró que recibió veintitrés ¿no le comentó el doctor De Tomas que eso no era normal, que faltaba un libro? ¿no le llamó la atención como director en ese momento que hubiera un libro de menos?

SR. ALBISU.- No recuerdo haber tomado conocimiento de eso.

Sr.GLUZMAN.- O sea que el doctor De Tomas no le dijo “falta un libro”, si no usted lo recordaría. Digo yo.

Sr.ALBISU.- Tampoco me acuerdo de que hubiesen sido veinticuatro libros.

Sr. GLUZMAN.- O sea que para usted la entrega de veintitrés libros fue normal.

Sr. ALBISU.- Vuelvo a decirle, no me acuerdo. Era el problema de los libros pero no me acuerdo lo que pasó en ese año.

Dr. GONZALEZ.- Es simplemente para adherir a la solicitud de careo efectuada por los colegas que me precedieron en el uso de la palabra.

Que no tiene nada más que agregar con lo que se da por finalizado el acto, previa íntegra lectura que el Sr Secretario da de la presente, ratificándola en un todo por ser el fiel reflejo de sus dichos, luego del Sr Presidente, Dr Alberto Ramón Durán y los Señores Jueces Antonio Pacilio, Julio Víctor Reboredo, Carlos Alberto Nogueira y Leopoldo Héctor Schiffrin; al igual que los demás intervinientes en el acto y mencionados al comienzo de ésta y por ante mí, de lo que doy fe.-

Enlaces externos editar


Véase también editar