Instrucciones a los mayordomos de estancias/Capítulo VI

Instrucciones a los mayordomos de estancias: Con una biografía del Dictador, por D. Pedro de Angelis, y notas y comentarios del Ingeniero D. Carlos Lemée (1942)
de Juan Manuel de Rosas
Capítulo VI. Varias
CAPITULO VI
VARIAS

Sumario. — Carretas. — Palos tirados por el campo. — Cajones. — Utiles. — Recados. — Colleras. — Aseo de las piezas y camas. — Basuras. — Gallinas. — Perros. — Gatos. — Ratones. — Veneno.

Carretas. - Las carretas deben estar ensebadas y los ejes retobados cuando necesiten retobo. Las coyundas y cuartas deben estar guardadas debajo de techo, y deben engrasarse con grasa de vaca cuando necesiten. El pértigo no debe estar asentado en el suelo, sino parado sobre el muchacho. El lazo del pértigo se engrasará de cuando en cuando, y después de puesto debe tener un cuerito que lo cubra y lo libre de que se moje, y lo pudran las aguas. Los palitroques y demás útiles deben estar en su lugar acomodados, y no una cosa por un lado y otra por otro, pues cada cosa tiene ya su lugar destinado.

Palos tirados por el campo. — Debe cuidarse que no los haya, pues los palos deben estar en su lugar.

Cajones. — Toda clase de cajones o útiles de esta naturaleza deben acomodarse y estar sobre unos palitos, para que el aire entre por abajo y no se les pudra el fondo.

Utiles. — Deben estar siempre en su lugar, y no el uno aquí y el otro allí.

Las palas deben estar siempre con su retobo de cuero en el tronco del cabo para su mayor firmeza, y deben estar afiladas y no melladas, pues de estar una pala así resulta su inutilidad; esto mismo sucede con los desvasadores, etc.

Recados. — Los recados malos deben componerse a fin de que no maltraten, y para esto deben observar las caronas de los peones, pues muchas veces no consiste en el recado sino en la falta de buena carona.

Colleras. — Deben ser fuertes y buenas, y deben guardarse engrasadas cuando no estén sirviendo. Para acollarar un animal, vale más no acollarado que acollararlo mal. Cuando corte un animal se vuelve a acollarar, pues de ningún modo andará menos de dos meses en la collera. Los anillos se guardarán para componer colleras, y de ningún modo se dejarán animales con anillos.

Aseo de las piezas y camas. — Cada tres meses deben sacudirse los colchones y demás útiles de adentro, y antes de sacudirse se asolearán. Deben también cuando se haga esto sacudirse las paredes y telas de araña. Las lauchas o ratones que ganen adentro, ya he dicho cómo se perseguirán, pero si esto no basta pueqe dárseles humazo. Las puertas y postigos deben, cuando estén cerradas, estar con todos los pasadores y aldabas, etc.

Los pasadores y llaves deben estar corrientes, y si alguna se entorpece, se le limpiará el moho y se le untará un poquito de aceite, muy poquito, en cuanto corra.

Basuras. — No debe haber ninguna sino en el lugar destinado para echarla. Mucho menos debe haber huesos desparramados. La basura, pues, que resulte de la cocina, debe diariamente echarse en el basurero. Sobre esto debe haber gran cuidado, porque la basura y la inmundicia es el aliciente para la cría de ratones, y porque los hombres no deben vivir entre la basura.

Repito que tampoco deben consentirse huesos ni huesitos desparramadm; todo debe ir al basurero.

Gallinas. — Ni rastros debe haber de ellas ni de palomas.

Perros. — Los cuzcos no valen para nada, y por ello ni rastro quiero de ellos. Debe haber solamente perros buenos para los ratones y bichos, y el que no sirva se matará. Los perros que debe haber en cada estancia, serán doce en las estancias principales, y seis en cada puesto. Repito que se trate de conservar los buenos y de ningún modo se tendrán perros inútiles.

En San Martín, los perros hijos de la China y del Choco y el Picaza se dejarán para casta. Cuando la China se caliente, se atará y no se dejará encastar sino con estos dos perros. No habrá más perros cojudos que estos dos.

Los perros que no sirven no hacen más que comer la carne que vale plata, escarbar las plantas, y ocupar lugar en la cocina.

Gatos. — Debe haber capones en cada estancia hasta doce, y dos gatas mansas y uno cojudo. De ningún modo habrá más cojudos ni más hembras. En el cuarto donde se noten lauchas o ratones, se encerrarán los gatos; se les pondrá agua solamente, y en breve se notará que se acaban los ratones. Para caparlos, no hay más que caparlos como cualquier otro animal.

Ratones. — La persecución de ratones bajo todos arbitrios, es excusado recomendarla por la imponancia que de por sí ella deja percibir. Deben pues perseguirse por medio de los humazos, donde no se pueda cavar; por medio de los gatos y perros buenos, y haciéndoles llamaderos al descampado para que se abriguen allí y después darles el avance. Para que los ratones se retiren de las casas, es preciso que en aslas casas no haya basura. Cada docena de cabezas de ratones con orejas se pagará en tres reales cuando yo vaya.

Veneno. — Al ponerles veneno a los ratones, debe ponérseles agua envenenada porque esto es lo que más los mata; debe ponerse antes de acostarse y recogerse antes del día.