Historia general de el Reyno de Chile/Libro I/VI

Nota: Se respeta la ortografía original de la época

CAPÍTULO VI.

Passa por el Estrecho de Magallanes a España Pedro Sarmiento de Gamboa, vuelve con gruesa armada y puebla en la ciudad de San Felipe y fortifica otras angosturas.
Motivos de este viage.—Parte del Callo 1579 Sarmiento.—Religiosos de San Francisco capellanes.—Toman posecion de una isla.—Corre la Almiranta hasta 56 grados y halla nuebos canales.—La Capitana passó el Estrecho.—Nuevo nombre que dió al Estrecho.—Arco iris de la luna.—Otros semejantes en varias partes.—Da garrote al Alferes y castigos.—Llega Sarmiento a España despues de nueve meses y 22 dias de viage.—Armada de veinte y tres navios con 3500 hombres para el Estrecho, año de 1581.—Piérdense 5 naves y 800 hombres.—Abrese otra nave, piérdense 300 hombres.—Cogen los ingleses una nave.—Surge en el rio de la Plata el gobernador de Chile con 500 soldados.—Piérdese Sarmiento, y busca otra nave.—Captaran los ingleses a Sarmiento.—Perecen de ambre los pobladores.—Sacan los ingleses las culebrinas de la ciudad de San Phelipe.—Medios para conservar una poblacion en el Estrecho.—Lo que dispusso el Rey, encárgasse la Jornada a Don Luis Geronimo de Cabrera.—Viage de Don Geronimo de Cabrera.—Vuélvese por vanos sucesos.

Passó el año de 1578 este estrecho Francisco Draque, ingles, robó y saqueó quanto quiso en las costas de Chile y el Perú, que no estaban prevenidas contra tan arrebatado e impensado pirata. Era Virey Don Francisco de Toledo, y refieren el caso Argensola y el Padre Joseph de Acosta, y juzgando el Virey que para la conservacion de las Indias y exaltacion de la paz y relijion Christiana convenia remover en sus principios todos los impedimentos de sus felices progresos, para lo qual importaba mucho serrar luego los passos del mar del sur, y no conociéndose entonces otros que el estrecho de Magallanes, determinó que fuesse a descubrirle y demarcarle Pedro Sarmiento de Gamboa, hombre noble nacido en Galicia, perito y esperimentado en la cosmografia y arte militar, y que llegando a España informase a su Magostad y le pidiesse gente y todo lo necessario para fortificar aquellas angosturas.

Partió Sarmiento a onze de Octubre de 1579 del Puerto del Callao, con dos naves, y en ellas doscientos hombres de mar y tierra. Dióle el Virey título de Capitan General de la Armada y de las tierras que descubriesse; y al Capitan Juan de Villalobos el de almirante. Comunicó el Arzobispo de Lima la autoridad de Vicario General al Padre Fray Antonio de Guadramiro, que yba con el general Sarmiento, y en la Almiranta el P. Fray Christobal de Merida, entrambos del órden de S. Francisco, y de la virtud, ciencia y ferbor que se requeria para tan grave ministerio. A la Capitana llamaron Nuestra Señora de la Esperanza, y a la Almiranta le dieron el nombre de San Francisco. Navegaron en treinta dias a punta de volina asta ganar altura de quarenta y nueve grados i medio. Surgieron en una tierra incognita y despoblada en que hallaron solamente guellas de hombres, rastros de dardos, remos y redes; alli escalaron las cumbres de los empinados montes trepando por peñas tan afiladas, que les despedasaban los sapatos; descubrieron muchas ensenadas, canales, rios y puertos, y un archipielago en que contaron ochenta y cinco islas. Tomaron possession de aquel pais por Castilla con singular solemnidad, vsando puntualmente de la forma y ceremonias que para tales actos de possession disponen las leyes municipales de las indias. En vna grande isla, que llamaron de la Santissima Trinidad, y el puerto nuestra Señora del Rosario, en cinquenta grados cabales.

Dexaron aquellas islas, y virando a lo largo la mar afuera les cargó un recio temporal, y recorriendo la Almiranta con viento Occidental, quando temió chocar con la tierra se halló muy a la mar es mas de cinquenta y seis grados, y aplacando el tiempo, reconocieron nuevas islas y canales, de donde infirieron que era tierra que forma y da lado al estrecho por el mar del sur y no corre por el mismo rumbo, hasta la voca del estrecho; sino que tuerce hazia el Levante, y que por alli avia otro passo por donde se comunicaban los dos mares, del qual discurso se valieron despues los olandeses. El Capitan Villalobos y el piloto mayor Hernando Lamero, se inclinaban introducirse por aquellos canales y tentar si avia passo, pero resistiéronlo vivamente los soldados y marineros, que hizieron volver la proa a Chile.

La Capitana, miéntras duraba la furia del viento, se recogió a una abra ceñida de dos altissimas cordilleras, en donde se abrigaron, hasta que se mitigó la tormenta, y reconociendo la quebrada, vieron que iba entrando mas y mas en tierra: echaron al agua vn vergantin, que trahian armado, y navegando muchas leguas adentro, se certificaron ser aquella la garganta del estrecho, y le passaron sin dificultad. Tomaron possession de muchos puertos, levantaron cruzes y al pié de vna amontonaron muchas piedras, entre las quales dentro de los cascos breados de una botija pusieron una carta embuelta en polvos de carbon, en que significaban el derecho que el Rey de España tenia sobre aquellas tierras. Mudaron el nombre al estrecho y le llamaron de la Madre de Dios, y aunque se mejoraba con este titulo, nunca se ha podido borrar el de Magallanes.

En los ultimos linderos del Estrecho, y primeros de la banda Boreal, advirtió Sarmiento un arco iris, formado de la reververacion de los rayos de la luna llena en las nubes que se le oponian; cosa que la tubo por nueva y de ninguno hasta aquel tiempo vista, en lo qual se engañó, porque el año de 1501, cerca del mismo parage, dize Liberto Fórmondo que Americo Bespucio vió otro arco iris de la Luna semejante al referido. Y el Flamenco Gema en doze de Marzo de 1579 vió otro arco iris de la Luna. Y Daniel Sennero, natural de Witemberga, medico y astrologo de fama, el año 1599 descubrió vno tan matizado de colores, que competia con los del Sol. En Flandes se manifestó otro en el Plenilunio de Diciembre, año de 1617. Ultimamente, el Almirante Don Pedro Porter Casanate, Caballero del órden de Santiago, gobernador que fué de este Reyno, absolutamente docto en las Matematicas y en el arte nautica, de que estampó un ingenioso libro, atrabezando desde la costa de Sinalva en la Nueva España el Golfo de la California, y hallándose en el altura de 26 grados y quarenta y cinco minutos, hazia el norte vió clara y distintamente el arco iris de la Luna a 28 de Agosto de 1649, estando la Luna por el oriente elevada del orizonte treinta grados, de que fueron testigos oculares todos los de su armada.

Prosiguió Sarmiento la navegacion, y en la costa de Guinea adolecieron sus compañeros de diversas enfermedades, especialmente de calenturas malignas y pestilenciales tumores en las encias. Y llegando a vista de la isla de Santiago, que es la principal de Cabo Verde, peleó y venció hasta poner en huida a una gran nave de corsarios franceses. Desembarcó en el puerto de aquella isla con el mayor numero de soldados y marineros, que fueron en procesion, descalzos, con cruzes e imagenes, hasta la Iglesia de Nuestra Señora del Rosario, en la qual dieron gracias y limosnas, executando sus promesas con extraordinaria alegria. Aqui hizieron provision de todo lo necesario para el progreso de su viage, y despachó un vareo con aviso de todo lo acontecido al Virrey del Perú, que le llevaron ocho soldados, y Hernando Alonso por su caudillo; antes de partirse, mandó dar garrote a su Alferes Juan Gutierrez de Guebara, y dejó desterrados a otros dos por aver processado contra ellos que avian maquinado tumultuar y estorvar el passage del estrecho. Fué mui censurado este castigo, assi en Cabo Verde como en otras partes, porque el delito no estaba bien averiguado, y pareció mas impulso de la passion que entereza de la Justicia.

A tres de Agosto del año de 1580 reconoció la costa de España y surgió en el cabo de San Vicente. Informó al Rey de todo lo sucedido en el viage, hízole mui extensa relacion del sitio y demarcacion del Estrecho, y probó que lebantando dos fuertes en las mas estrechas angosturas, cerraria el passo a qualquiera vagel de los estrangeros. Porque están, decia, tan ceñidas las entradas del Estrecho, que facilmente les daría caza vna culebrina. Representó otras razones bien adornadas de conveniencias, para el aumento del comercio del Perú, que fueron bien oidas, y asintiendo a ellas el Rey mandó aprestar vna armada de veinte y tres naves de alto bordo, sin embargo que lo contradecia Don Fernando de Toledo, célebre duque de Alba, que a la sazon se ocupaba en el Consejo de Estado. Embarcáronse tres mil y quinientos hombres, sin otros quinientos soldados veteranos exercitados en las guerras de Flandes que acompañaban al nuevo Gobernador de Chile don Alonso de Sotomayor, Caballero del orden de Santiago, natural de Trugillo en Estremadura, y en adelante Marques de Villa hermoza. Fué nombrado por General de la armada Don Diego Flores de Valdes y por su Almirante Diego de la Ribera, y por Gobernador del Estrecho Pedro Sarmiento de Gamboa.

Dieron principio a la navegacion el año de 1581 con arto funestos successos, porque a vista de España tragó el mar cinco naves con ochocientos hombres de mar y guerra. Las demas arribaron a Cádiz, de donde soltaron de nuevo las velas diez y seis navios, aviéndose reparado, y por aver salido tarde imbernaron en el Rio Janeiro del Brasil. Venida ya la primavera, levaron anclas y en altura de cuarenta y dos grados les acometió vna borrasca con tal furia que se abrió vna de las mejores naves, y se ahogaron 300 hombres y 20 mugeres, gente toda destinada para las nuevas poblaciones, y colonias que avian de fundar en el Estrecho: el resto de la armada arribó a la Isla de Santa Catalina, en donde llegó aviso al General Valdes que se havian visto dos naves de ingleses que iban al Estrecho de Magallanes. Luego salió en su busca con doze naves, y remitió en tres las mugeres y gente menos vtil al Rio Janeiro. Estas tres naves cayeron en manos de los ingleses: de la vna hizieron presa y las otras dos se escaparon.

Volvió don Diego a proseguir el viage, y de passo dexó en el Rio de la Plata al Gobernador de Chile con los 500 soldados y tres naves, de las quales dos se hizieron pedazos en este rio, y a duras penas se pusieron en salvamento la gente, armas y pertrechos, y la otra volvió a España a la mitad del mes de Marzo. Llegó Valdes al Estrecho quando en aquellas regiones comenzaba a mostrarse el imbierno. Embravecióse el mar con tempestades continuas, nieves y frios, tan intolerables, que les forzaron a recogerse segunda vez al Brasil y tomar el puerto del Rio Janeiro: aqui supo los designios de los ingleses, y con cuatro naves de su armada y otras tantas que le habian embiado de España, salió en busca de los corsarios: trabaxó en vano muchos dias, y doblando la derrota al puerto y villa de la Paraiba en el Brasil, encontró alli cinco naves de Franceses, que avian frabricado y guarnecido vn castillo, arrojó a pique las tres, hizo pressa de las dos, demolió el castillo, cegó sus fosos, y con esta victoria enderezó el rumbo la vuelta de España.

Entretanto, el Almirante Ribera con benigno tiempo dexó el Brasil y cogió Puerto en el Estrecho, en donde entregó a Sarmiento cuatrocientos hombres y treinta mugeres, mucha y muy gruessa artillería, bastimentos para ocho meses, gran cantidad de municiones y pertrechos militares. Vn navio se perdió aqui y otro quedó para lo que fuese menester: con los demas se retiró a España. Fabricó luego Sarmiento un castillo en la primera entrada del Estrecho por la parte de tierra firme que va continuándose con Chile, y le puso por nombre el de Jesus: metió en el ciento y cincuenta hombres de guarnicion y muy buenas piezas de artilleria. De aqui marchó por tierra hazia la angostura mas recogida, y en la estacion de mayor seguridad pobló la ciudad de San Felipe. Comenzó el imbierno a sacar la cara, y tan mala, como otras vezes. Sarmiento partió en el navio al fuerte de Jesus con veinte y cinco hombres, soldados y marineros de su devocion. Estando surto, vn recio temporal rebentó las amarras, y largando velas corrió asta el Rio Janeiro: y no hallando alli el socorro que avia solicitado, partió a Pernambuco, y volviendo a la bahía de Todos Santos dio al trabes en la costa. Negoció le diesse el gobernador de la ciudad de San Salvador otra nave y la cargó de bastimentos para los nuevos pobladores. Navegó con bonanza asta cuarenta y cuatro grados, y nuevas tormentas le arrojaron otra vez al Brasil. Repitió constante la derrota del Estrecho, y vltimamente dió en manos de ingleses, que le llevaron captivo a Inglaterrra, donde vió a Francisco Draque, y reciprocamente comunicaron los sucessos de sus navegaciones.

Los nuevos soldados y ciudadanos del castillo de Jesus y ciudad de San Felipe padecieron indecibles trabaxos de ambres y calamidades, y aunque sembraron trigo y otras legumbres, no llegaron a sason por la destemplanza del estelage y sitio sombrio de la tierra. Sustentáronse tres años con pescado marino y aves marinas; no dejaron yerba ni oja de árbol que no la comiessen, y todo esto les costaba mui caro, porque los indios les armaban celadas y daban crueles asaltos, en que se derramaba mucha sangre española. Faltos ya de industria para alimentarse, se caian muertos a las puertas de sus casas y por las calles. Con la mortandad y corrupcion de los cuerpos, se inficcionó el ayre, se apestó la ciudad, y por conservar algo la vida sallan a morir a los campos. Solamente perseveraron veinte y cuatro vivos, los quales se encaminaron la tierra adentro en busca de las colonias de los Españoles de Chile, de Tucuman o Buenos Ayres, que no se ha sabido de su fin.

A nueve del mes de Enero de 1587 aportó a la ciudad de San Felipe Tomas Candisio, ingles: hallóla destruida y muchos cadáveres incorruptos y enteros en las calles y edificios, que con el gran frio se conservaban. Encontró con vn español llamado Tomas Hernandez, que le dió noticia de cuatro grandissimas culebrinas que estaban enterradas, mandólas sacar y embarcar en sus navios, y despues que passó a Chile por el Estrecho, dexó en el puerto del Quintero a Tomas Hernandez, de quien se supieron muchas cosas de las referidas [1]. Este fin tubo una empressa tan sonada, vna armada tan prevenida, una navegacion tan contrastada, el aparato civil y militar, tan extraordinario y costoso, grande en las esperanzas y trájico en los efectos, pues se perdieron doze vageles, mil y setecientas personas, artilleria, municiones y pertrechos sin cuenta. Desdicha comun de los hombres, que como no alcanzan a saber los fines, emprenden cosas grandes a mucha costa y no corresponden los sucessos a los intentos, y todo se pierde, ménos que la obra sea de Dios, que del principio al fin conose los succesos y dispone los medios suave y eficazmente para conseguir sus fines.

El medio mas importante y efficaz para la estabilidad de qualquiera poblacion que se quissiere assentar en el Estrecho, es hazer otra en las vertientes de la cordillera de esta parte de Chile, ciento y cincuenta leguas apartada de la costa del mismo Estrecho hazia las lagunas de Güeñauca y Purailla, habitadas de muchos indios, porque dándose la mano con las del Tucuman y Buenos Ayres, que apenas están doze dias de camino, quedará en medio y se puede conducir fácilmente ganado bacuno y todo genero de bastimentos en qualquiera tiempo del año, o en lo mas dél; porque tiene muchos puertos por aquella parte la cordillera y es muy vaja, y de esta manera se escusarán las conducciones tardas y dudosas del mar, expuestas a tantos peligros.

Este discurso dieron al Príncipe de Esquilache, Virrey del Perú, personas de buen zelo y consejo, y se lo escribió al Rey Hernando Arias de Sabreda, Gobernador de las Provincias del Rio de la Plata. Su Magestad ordenó a don Lope de Ulloa y Lemos, gobernador de Chile, que le informasse de las conveniencias y buenos effectos que se requirian; y aviéndose aprobado en el Real Consejo de las Indias, embiaron los despachos necessarios para su execucion, por cédula de diez de Agosto de 1619, a Don Jerónimo Luis de Cabrera, noble vecino de la ciudad de Córdoba del Tucuman, dotado de gran valor, generoso ánimo y otras muy lucidas prendas, el qual ofreció eregir esta poblacion a su costa: salió para este effecto y para buscar la ciudad de los Españoles de los navios perdidos en el estrecho. Partió con grande aparato de Españoles e indios amigos, bastimentos, armas, municiones, caballos, bacas y carruage, y dejó dispuesto el que le embiassen bastimentos quando los pidiesse, que como tan poderoso en aquella tierra, podia sustentar la gente en el Estrecho, y se offrecia a probeerlos de bastimentos y lo necesario por seis años, como lo vi por carta suya. Marchó algunos dias por aquellas estendidas llanuras, llevó guias de indios que dezian sabian del sitio de la ciudad de los Españoles del estrecho, que comunmente llamaban Los Césares. Llegó en frente de la ciudad de la Villarrica, y para passar un rio grande, hizo de las carretas balsas; huyéronsele las guias, faltóle el bastimento, y quemáronsele los carros, ropa y comida, por averse pegado fuego a la campaña en los grandes pajonales que alli ay. Passó con todo eso a comunicar con los Indios de Chile que están en las faldas de la cordillera, ferió con ellos alguna comida, y no le supieron dar noticia de la ciudad que deseaba descubrir. Solo trataron de armarle celadas y convocar gente contra el, y ya tenian una junta de cinco mil indios para acometerle y algunas cuadrillas pelearon con el y le quitaron un caballo de grande estimacion; y si no se da buena prisa en retirarse a donde tenia el cuerpo de su exército, lo pasa mal. Viéndose sin carretas ni bastimentos, la gente, disgustada o imposibilitada de passar adelante, se ubo de volver al Tucuman [2].

Y ya no se trata mas de poblar el estrecho, ni de poner alli defensa para estorvar que passen navios estrangeros, porque es en vano. Que despues que Guillermo Escouten descubrió otro estrecho, y Juan de Lemaire, de quien tomó el nombre, y se llamó el estrecho de Lemaire, se ha esperimentado que es mar ancho, y estrecho que no tiene estrechura para estorvar el passo, y ya no cursan las naves estrangeras el estrecho de Magallanes, sino el de Lemaire, que tiene varios caminos para passar a este mar del sur.


  1. Tomas, o Tomé Hernandez, único sobreviviente de la desventuada espedicion de Sarmiento, se quedó en Chile, y habiendo perdido una pierna en el combate que Cavendish sostuvo en Quintero el 6 de abril de 1587, vivió pobre y miserable. En 1593 estaba en Valparaiso.
  2. Este don Luis de Cabrera es el mismo personaje que figura en la Vida de los Lisperguer como amigo y apoderado del oidor de Chile Pedro Alvares de Solorzano.—(Los Lisperguer, páj. 253).