Historia XIV:Vauban

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El mejor ingeniero empleado por Louvois fué Leprestre de Vauban, un hidalgo del Morvan, hombre suave, concienzudo e instruído. Había escrito tratados acerca del ataque y la defensa de las plazas.

Vauban fortificó casi todas las plazas de la nueva frontera francesa: en los Países Bajos, Dunkerque, Calais, Saint-Omer, Lille, Cambrai; —en la frontera del Este, Givet, Rocroi, Metz, ThionvilLe, Belfort, Estrasburgo, Besançon; —a la parte de España, Perpignan, Mont-Louis, Bayona.

Adoptó un sistema ya empleado de larga fecha. En Francia se ha adoptado la costumbre de decir forticaciones a lo Vauban. Renunció a las murallas altas que dominaban los alrededores (fortificaciones dominantes), porque los cañones podían demolerlas con demasiada facilidad. Construía murallas de obra de fábrica, cortas y gruesas, el pie al mismo nivel que un foso profundo, la cima llegando solamente al nivel de lo alto del foso. Aquella muralla estaba cubierta por un espeso talud de tierra con hierba, en que las balas de cañón se hundían sin poder destruir nada. Estaba oculta por el reborde exterior del foso, llamado contra-escarpa, que bajaba en suave pendiente por la parte del campo, de modo que el enemigo no veía más que el talud de tierra y no podía tirar contra la obra de fábrica. La guarnición estaba alojada en casa-matas fortificadas, ocultas bajo la muralla. Los ángulos estaban defendidos por bastiones cubiertos de tierra. Es lo que se llama fortificaciones rasantes.