Historia XI:Las luchas entre los partidos

← Historia XI:Los partidos
Capítulo 11 – Las Provincias Unidas en el siglo XVII
La luchas entre los partidos

de Charles Seignobos


La lucha entre el gobierno de Holanda y los statuderes de la familia de Orange comenzó en cuanto la guerra con España fué suspendida por la tregua de 1609. Estalló acerca de una cuestión religiosa.

El pastor Arminius rechazaba la predestinación y admitía la libertad del hombre. Sus partidarios, llamados arminianos, tenían a su favor a los burgueses indiferentes, a los católicos y algunos hombres instruídos y tolerantes. Los calvinistas celosos, partidarios del pastor Gomarus, llamados gomarianos, protestaban contra estas doctrinas y contra la tolerancia.

Las autoridades de las ciudades de Holanda apoyaron a Arminius y prohibieron a los pastores que hablasen en el púlpito acerca de estas cuestiones. Como los pastores continuasen haciéndolo, se destituyó a algunos y se cerraron sus iglesias. Los gomarianos celebraron sus reuniones en granjas, y los gobiernos de las ciudades de Holanda los procesaron. Las otras provincias protestaron.

El statuder, Mauricio de Naussau, se declaró abiertamente en favor de los calvinistas. El Pensionario de Holanda, Barnevelt, hizo que las ciudades fueran autorizadas para alistar tropas con objeto de resistir en caso necesario por la fuerza. Hubo entonces frente a frente dos ejércitos, el de los Estados Generales y el de Holanda.

Pero los soldados de Holanda se defendieron mal, y Mauricio los desarmó. Mandó entonces prender a Barnevelt, al cual un tribunal de 200 miembros condenó a muerte. Luego se reunió una asamblea eclesiástica que condenó la doctrina de Arminius, destituyó a los pastores partidarios de ella y organizó la Iglesia en todas las Provincias Unidas según el modelo de las iglesias calvinistas (1619). —El partido orangista, vencedor, ocupó el poder.

Comenzó de nuevo la guerra con España (1621). Mauricio de Nassau, que mandaba el ejército, siguió siendo dueño del gobierno hasta su muerte (1625).

Fué sustituído por su hermano Federico, que gobernó con sus consejeros. Federico se ocupó sobre todo de la guerra, pasando una parte del año en expediciones. Se alió con Francia, y Richelieu le dió el título de Alteza. Luego casó a su hijo con la hija del rey de Inglaterra. La república de las Provincias Unidas había llegado a ser casi una monarquía.

Habiendo caído enfermo Federico, los holandeses aprovecharon esta circunstancia para hacer la paz con España (1648). Pero, al morir Federico, su hijo Guillermo le sucedió como statuder de todas las provincias, excepto Frisia. Era un príncipe joven y guerrero, orgulloso de su nacimiento, yerno del rey de Inglaterra y que no se resignaba a estar al servicio de una república de burgueses. Habiendo terminado la guerra, Holanda quiso licenciar las tropas que pagaba, pero Guillermo se obstinó en conservarlas. Intentó convencer a las ciudades holandesas de que cedieran. Amsterdam se negó. Guillermo entonces mandó prender a los diputados de Holanda, y envió a sus soldados, de noche, a sorprender a Amsterdam. Guillermo había llegado a ser dueño del poder, cuando se enfrió estando de caza y murió (1650).

No quedaba ya de la familia Nassau más que el statuder de Frisia y un niño pequeño, el hijo de Guillermo II, Guillermo III. El partido holandés aprovechó la ocasión para recuperar el poder. El jefe del partido era a la sazón el Gran Pensionario de Holanda, Juan de Witt [1]. Había empezado por ser Pensionado de su ciudad natal. Dordrecht. Nombrado Gran Pensionario a los veintiocho años (1653), seguía haciendo una vida muy sencilla. Su hermana cuidaba de su casa y le llevaba la ropa y la comida. No tenía más que cuatro piezas y unos cuantos empleados. Trabajaba mucho, se levantaba muy temprano, comía y bebía con moderación. Recibía todas las correspondencias de los embajadores, trataba con los enviados extranjeros, asistía a todas las reuniones de los Estados de Holanda y de los Estados Generales, y él mismo redactaba sus decisiones. Un embajador francés decía en 1660: «Sólo él conoce por entero el secreto de los asuntos, porque todos pasan por sus manos».

De Witt tuvo por sistema mantener la paz y hacer economías. Redujo los intereses de la Deuda del 5 al 4 por 100, de modo que se pudo reembolsar el capital. Fué la época de mayor riqueza de Holanda.

Pero, a medida que el príncipe Guillermo avanzaba en edad, el partido orangista recobraba valor. Los pastores predicaban en favor del príncipe, los marinos al servicio de Holanda se manifestaban en favor de él y en contra de los Estados, enarbolando la bandera naranja. El partido holandés, para impedir que Guillermo se apoderase del mando, hizo aprobar la supresión del cargo de statuder; pero las otras provincias protestaron.

El partido de Holanda logró mantenerse en tanto duró la paz. Pero no podía sostener un ejército, por miedo a que se declarase partidario del príncipe de Orange. Cuando Luis XIV invadió las Provincias Unidas (1672), encontró el país sin ejército que le defendiera. El partido orangista se aprovechó. La provincia de Zelanda, devota de la familia de Orange, se sublevó y proclamó a Guillermo statuder de Zelanda. Luego las ciudades de Holanda, una tras otra, se sublevaron también y obligaron al Consejo municipal a proclamar a Guillermo statuder de Holanda. El hermano de Juan de Witt fué preso y sometido a tormento. Juan quiso ir a ver a su hermano a la prisión, y la muchedumbre mató a los dos. Guillermo de Orange fué statuder de casi todas las provincias, y Capitán general de las Provincias Unidas.

La constitución no fué variada. Pero los burgueses del partido holandés, que formaban los Consejos de las ciudades, fueron sustituídos por orangistas, y se nombró Pensionario de Holanda a un partidario del príncipe. Guillermo siguió siendo árbitro del gobierno hasta su muerte.


  1. El «de» en holandés equivale al artículo «el».