Historia III:Descubrimiento de América
La reina no tenía dinero y tomó a préstamo 5.300 ducados. Un armador del puertecito de Palos, Pinzón, entró a formar parte de la empresa. Se equiparon tres pequeños barcos (carabelas). La mayor, la Santa María, era de 120 toneladas; la Pinta, de 100; la Niña, de 80: Llevaban un total de 120 hombres, que había costado trabajo alistar para ir a lo desconocido.
La expedición partió de Palos el 3 de agosto de 1492, pasó por las islas Canarias, que pertenecían a España, y el 6 de septiembre se internó en el Océano con rumbo al Oeste.
Todos los días Colón indicada a sus gentes la distancia que calculaba haber recorrido y siempre les decía menos, para no asustarles anunciándoles aquélla a que en realidad se encontraban de tierra. Navegaron por espacio de treinta y cinco días en mar libre. Los barcos, impulsados por buen viento del Este, hacían mucho camino.
Los marinos españoles se inquietaban al no ver aparecer la tierra y les irritaba ir mandados por un extranjero al que juzgaban insolente y mal marino. Pero no se sublevaron, como se ha referido más tarde.
Al fin se vieron bandadas de aves que parecían venir de tierra. Luego se recogió una caña, un pedazo de madera esculpida y restos de plantas. Un atardecer, Colón creyó ver una luz. Al día siguiente se dió vista a un isla verde.
Era una islita del archipiélago de las Bahamas. La expedición desembarcó en ella (12 de octubre de 1492). Encontró indígenas de color atezado casi desnudos, pero que llevaban adornos de oro. Colón, creyendo haber llegado a las costas de la India, llamó a aquellos indígenas indios, y este nombre ha quedado para todos los habitantes de América. Tomó posesión del país en nombre de la reina de Castilla y se hizo proclamar virrey por sus hombres.
Pocos días después descubrió la gran isla de Cuba, luego una isla, más grande todavía, que llamó la Española (Haití). Los indígenas llevaban adornos de oro. Volvió a embarcar inmediatamente para Europa llevando consigo algunos salvajes. Desembarcó en España siete meses más tarde. La reina, que a la sazón estaba en Barcelona, le recibió como a un triunfador.
El año siguiente (1493), Colón partió de nuevo. Se le habían dado 17 navíos y más de 1.500 hombres; volvió a la Española y fundó una ciudad; pero no encontró allí el oro que esperaba. Siempre en busca del país del oro, el almirante acabó de descubrir las Antillas. Los españoles habían creído llegar a países ricos, resultaron muy descontentos y enviaron a España acusaciones contra el virrey. Colón volvió a partir para la Península y fué a justificarse cerca de la reina (1496).
Volvió a América e hizo una tercera expedición (1498). Navegando siempre con rumbo Sur, descubrió la desembocadura del Orinoco, deduciendo que había llegado cerca del Paraíso (1500).
De vuelta a Santo Domingo encontró a los españoles divididos en dos bandos y dispuestos a batirse, y pidió a la reina de España que enviase un comisario para restablecer el orden. El comisario, al llegar a las Antillas, encontró a los españoles irritados, mandó prender a Colón y a sus hermanos, que les cargaran de cadenas, y los envió a España. La reina libertó a Colón, pero ya no quiso que fuese único señor del país lejano.
Colón hizo una expedición final (1502), buscando un paso para ir a la India, donde sabía que Vasco de Gama acababa de arribar por el Este. Encontró la costa de América central y la siguió durante varios meses. Perdió sus barcos y volvió enfermo a España (1504). La reina Isabel, que le había protegido, acababa de morir, y ya no interesaban a nadie aquellas expediciones que costaban dinero. Colón murió (1506) creyendo siempre que había descubierto la India.
No había publicado ninguna relación de sus descubrimientos, pues trataba de mantenerlos secretos para evitar competidores. Un italiano, nacido en Florencia, Américo Vespuccio, fué el primero que relató un viaje que había hecho en 1499 bordeando la costa de América, y anunció a Europa que se acababa de descubrir un nuevo continente. En un principio se llamó a este continente Nuevo Mundo, más tarde América (1507), y éste es el nombre que le ha quedado.
Los portugueses habían sido hasta entonces los únicos en hacer descubrimientos. El Papa había reconocido al rey de Portugal el derecho de comercio exclusivo en la India. Después del viaje de Cristóbal Colón, los soberanos de España hicieron que el Papa les concediese todos los países que se descubrieran al Oeste. Se trazó una línea de Norte a Sur, que dividió el mundo en dos partes. Todos los países situados al Este quedaban en poder de los portugueses, los del Oeste habían de pertenecer a los españoles. La línea divisoria pasaba 370 leguas a Occidente del cabo Verde (1495).