XXV

Es media noche. En medio del recinto

está solo el cadáver de la hermosa...

y en la pared, desmantelada y fría,

de su cara proyéctase la sombra.


El seductor se acerca, y en los labios

del cadáver aquel su labio posa;

y en la pared, sobre la sombra aquella,

hace los mismo su callada sombra.


Y murmura: –Quizás mañana mismo,

cuando yo ruede a la profunda fosa,

como en esa pared... en el infierno

se besarán nuestras malditas sombras.