VI

Huyeron las golondrinas

de tus alegres balcones;

ya en la selva no hay canciones

sino lluvias y neblinas.


Me da el pesar sus espinas

sólo porque a otras regiones

huyeron las golondrinas

de tus alegres balcones.


Insondables aflicciones

se posan entre las ruinas

de mis ya muertas pasiones.

¡ay, que con las golondrinas

huyeron mis ilusiones!