II

Como párpado inmenso, inmensa nube

pasa enfrente del sol: ojo gigante

que mira todo el universo y sube

por una senda azul siempre triunfante.


Y esa nube que ataja en un momento

al rayo abrasador que el sol envía,

se rompe ante aquel rayo. El firmamento

ábrese entonces... y se aclara el día.


Es el error como la nube aquella:

Suele ofuscar a la Verdad que alumbra;

mas la Verdad lo abate y lo atropella;

y aquel se arrastra... ¡y la Verdad se encumbra!