Gotas de ajenjo/CXXXI
CXXXI
Solo un instante me amó,
y fue cuando iba a morir;
nada me pudo decir,
mas la frente me besó;
tal vez quiso ella que yo
bebiera toda la hiel,
hasta en el instante aquel
en que colmaba mi anhelo:
porque si al fin me abrió el cielo,
fue para entrar ella en él.