CXV

Cuando el último soplo de la vida

universal se extinga, y en el cielo

pare la noche de la muerte el vuelo,

la gran noche, la noche sin medida;


y de esta humanidad adolorida

ni un rastro quede sobre el mustio suelo,

y los astros-cadáveres, el velo

de la sombra traspasen en su huida,


cuando el hondo silencio de la nada

se crispe entre las fauces del vacío,

y de mi ser ni la ceniza helada


siquiera guarde mi sepulcro angosto,

¿qué será de este espíritu sombrío...

de esta alma en que el Dolor hizo su agosto?