Gastar con prudencia
Gastar con prudencia.
Gastaba mucho dinero un estudiante con una dama, llamada Prudencia, y como continuamente estuviese molestando al padre pidiendo y mas pidiendo, cansado ya de tanta sangría de bolsillo, le envió á decir que mirase cómo gastaba, porque iba destruyendo la casa, y acabarla con ella si no obraba con prudencia.
— No sé, señor, respondió, para qué son tantas reprensiones cuando no las merezco, porque puedo asegurar á V., á fé de hombre de bien, que la casa se podrá arruinar, pero no por culpa mia, pujes no gasto un cuarto que no sea con Prudencia, como V. me aconseja.