Francisco Arjona Guillén (Cuchares)

El Museo Universal (1869)
Francisco Arjona Guillén (Cuchares)


FRANCISCO ARJONA GUILLÉN.
(Cuchares)

El diestro, cuyo retrato damos hoy, ha sido uno de los lidiadores que con mas brillo y aplauso de los españoles continuó la famosa serie de los Horneros, Millos, Montes y otras figuras notables en los anales del circo taurino en nuestra España, única nación en el globo, que conserva en todo su esplendor las tradiciones y escuela de un arte cuyo origen se pierde en remolos tiempos.

De padres naturales de Sevilla y de familia por generaciones dedicada á esta profesión con varia fortuna, nació Francisco Arjona en Madrid, el 19 de mayo de 1818, y fué bautizado en su parroquia de San Sebastian el 20 del mismo. Desde muv niño mostró su afición al ejercicio de torero, y hallándose en Sevilla, cuando pur orden de Fernando VII se abrieron las es cuelas de tauromaquia, pudo obtener el privilegio de asistir á ellas, donde mostró estar llamado á recojer grandes aplausos por su habilidad, decisión y conocimiento de las reses, y por la atención con que escuchaba y la docilidad con que seguia las lecciones y los ejemplos prácticos de sus esperimentados maestros.

Los resultados son bien conocidos del público en su larga carrera de toreador, y dejando a los inteligentes que pronuncien su fallo con arréalo á los principios y tradiciones clásicas del arte, á nosotros solo nos toca decir, que el maestro, como se le llamaba en todas partes, no sólo fué un lidiador simpático en donde quiera que se presentaba, sino que se hizo tan nombrado por sus limosnas y beneficios, como p.ir sus dotes de buen torero. Era Cuchares tan caritativo, honrado y aficionado á hacer bien á todos los que se le acercaban, pidiéndole su ayuda y protección, que podría hacerse una lista interminable de sus actos de liberalidad, de caridad y de desprendimiento, porque ningún necesita lo se le acercó á quien no amparase y remediase: las cuales prendas han hecho no menos sensible su pérdida como ciudadano y amigo, que como maestro de la lidia en que tantos lauros alcanzara.

Su fallecimiento, ocurrido el 4 de diciembre en la Habana, fue sabido en España con algunos detalles mediante la siguiente noticia que comunicó al Boletín de Loterías y de Toros su corresponsal del referido punto, el dia 4 del citado mes: « El objeto de la presente es participarle, que anoche á las dos y cuarenta minutos falleció el maestro Cuchares, víctima de la terrible enfermedad del vómito negro. Hoy á las cuatro de la tarde ha sido el entierro, el que ha llevado un acompañamiento numeroso, compuesto de casi lodo el comercio de esta capital: su cadáver estuvo de cuerpo presente en el sagrario de la santa iglesia catedral.

Esta pérdida es de sentir tanto para la familia del difunto (Q. D. D. G.) como para los aficionados al toreo.

«No hemos tenido el gusto de verle torear aquí, pues cayó enfermo el mismo dia 29, en que debía estrenarse.»

En efecto para el 20 de noviembre estaba anunciada la corrida en que debía trabajar por primera vez en el Nuevo Hundo el celebrado maestro; mas cuando aquella estaba apunto de comenzarse, corrió la voz de (pie no podía trabajar por bailarse enfermo, cuya enfermedad se agravó y le llevó al sepulcro en breves días.

La sensación producida en los toreros ha sido profunda, porque veían en él un maestro y un padrino.

Los que se hallan en Madrid han resuelto que en todas las primeras corridas que se celebren este año en España, vistan de luto las cuadrillas en homenaje al gran diestro. Séale la tierra ligera.