Fantasía al Sr. Muriel: 4
III. Aspiración
editar¡Cristiana inspiración, hija del cielo,
Que diste sér á mi cancion primera,
De mi ecsistencia en el placer y el duelo
Guia siempre lëal y compañera!
Tú que, al vestirme mi mortuorio velo,
Diás conmigo mi oracion postrera:
Tú que abrirás con el sepulcro al alma
De la tranquila eternidad la calma:
Tú que, al soplo de un áura perfumada,
Con mí espíritu errante has recorrido
Los desiertos del Africa abrasada,
Pensil del palmas, de Serpientes nido:
Y los cármenes frescos de Granada,
Edén para los Arabes perdido:
Y los talleres de Albíon oscura:
Y de París la bacanal impura:
Tú que, perenne, con materna mano
Conservaste en mi alma por dó quiera
De la Esperanza el incorrupto arcano
Y de la Fé la inestinguible hoguera:
Tú que, al cruzar el arenal mundano,
Has templado mi sed rabiosa y fiera
Aplicando á mis labios la ambrosía
Del cáliz de la dulce poesía:
No me abandones hoy que necesito
Purificar y esclarecer mi idéa,
Al fuego santo del fanal bendito
Dó inflamó Dios tu inestinguible téa.
Hoy que anhelo una voz de eco infinito,
Que mas que de mortal robusta sea,
Para enviar à la tierra en que ví el dia
En alas de un cantar el alma mia.
¡Inspiracion Católica, mas fuerte
Que los tres elementos destructores
De la envidia, del tiempo y de la muerte!
Ciñe mi sien y mi laüd de flores:
Mágico encanto en mis palabras vierte
Y, en brazos de los vientos voladores,
Del túrbio Sena al pobre Manzanares
Lleva mi corazon en mis cantares.
Vuela y á España dí que todavía
Sin ira y sin pavor mi voz resuena
Sobre el festin de la centuria impía,
Que á sus míseros hijos envenena
Brindándoes las copas de su orgía,
Que la revolucion con sangre llena:
Dila que hasta que espire en mi garganta
Celebrará su gloria y su Fé santa.