Fábulas en verso castellano/XXV
Perdido en un desierto un árabe infeliz, ya medio muerto de sed, hambre y fatiga, se encontró un envoltorio de vejiga. Lo levantó, le sorprendió el sonido, y dijo de placer estremecido: Ostras deben de ser. -Mas al verterlas, -¡ay! (Exclamó) son perlas. En ciertas ocasiones no le valen al rico sus millones.