Exhalación suprema
Bajo el regio crepúsculo de oro azul y grosella, Títiro en la dulzaina solemniza su cuita, mientras Lux, taciturna de idilio en la hora aquella, bajo los abedules, sólo por él palpita... Lux delira. En su alma ha nacido una estrella, aspirando esa música tan honda y exquisita, que evapora un suspiro de la tarde infinita, con todo lo que calla de más sublime en ella. En su seno de virgen, late Amor un impronto de ansiedad que le asfixia... Es ya noche. De pronto, la dulzaina solloza un adiós mortecino, y silencia ante el éxtasis de los lagos azules. Ha muerto un alma blanca bajo los abedules... Voces intermitentes zumban en el camino.