El Tesoro de la Juventud (1911)
El libro de la Poesía, Tomo 6
Excusas necias
de Ramón de Campoamor

Nota: se ha conservado la ortografía original


EXCUSAS NECIAS
EL CUERVO Y EL REPTIL


HACIA el nido de un cuervo
Sube un reptil protervo,
Que de otro manjar falto,
De huevos se apercibe;
Mas al dar el salto,
Creyendo al cuervo ausente, oyó: — « ¿Quién vive? »

—« Perdone usted; no es nada
(Dijo con voz turbada);
El hallarme soñando
Mi indiscreción abone;
Pues llegué aquí rodando,
Mas desperté y me vuelvo: usted perdone ».

— « ¡Hola, traidor vecino!
(Dijo el cuervo ladino),
¿Cuando el sueño te priva.
Sin costarte trabajo
Te ruedas hacia arriba?
Pues a ver cómo ruedas hacia abajo ».

Y remontando el vuelo
Lo suelta desde el cielo,
Por más que ya difunto
El reptil lo rehúsa;
Y ¡plaf! reventó al punto.
¡Digno castigo de su necia excusa!

        Campoamor.