Sur votre seine laissez rouler ma tête.
PAUL VERLAINE

    Deja sobre tu seno que caiga mi cabeza,
como un mundo cargado de recuerdos sombríos;
y dime la palabra santa y única, esa
palabra que consuela mis perennes hastíos...

    O, mejor, calla... deja que en el silencio blando
de la extinguida tarde, sobre divanes rojos,
¡me sienta agonizar lentamente mirando
cómo se llenan de astros los cielos y tus ojos!