Cancionero (Petrarca)/Jamás piadosa madre al hijo amado

Jamás piadosa madre al hijo amado,
ni esposa amante al adorado esposo
dio, al descubrirlo divagar pensoso,
consejo con más gesto desmayado,

que aquella a mí que, tras haber mirado
mi errar desde su hato alto y glorioso,
a mí vuelve su amor afectuoso,
de doblada piedad el gesto ornado:

ya como amante o madre, hoy teme, hoy arde
de honesto fuego, y al hablar me muestra
lo que en la vida huir o seguir debo,

bien cuando habla de la vida nuestra,
bien cuando ruega que en subir no tarde;
y, solo al ella hablar, tregua o paz pruebo.