—¡Hija mía¿! ¿Por qué inquieres y preguntas tales cosas? ¿No formaste tú misma ese proyecto: que Odiseo, al volver a su tierra se vengaría de aquéllos? Haz ahora cuanto te plazca; mas yo te diré lo que es oportuno. Puesto que el divinal Odiseo se ha vengado de los pretendientes, inmólense víctimas y préstense juramentos de mutua fidelidad; tenga aquél siempre su reinado en Itaca; hagamos que se olvide la matanza de los hijos y de los hermanos; ámense los unos a los otros, como anteriormente; y haya paz y riqueza en gran abundancia.