Diferencia entre revisiones de «Sangre torera: 9»
Contenido eliminado Contenido añadido
Sin resumen de edición |
Sin resumen de edición |
||
Línea 5:
La fecha en que había de celebrarse la corrida se aproximaba; ya en los quioscos y en los cuadros anunciadores veíanse los carteles rojos y amarillos donde en letras de a tercia destacábanse los nombres de Antonio Heredia el Cartulina y el de Pepe Fajardo el Bienvestío.
Ambos novilleros no se cansaban de ver sus nombres en los carteles, y no pasaban una vez delante de uno de ellos que no se detuvieran a contemplarlos como en éxtasis; además, la afición no se ocupaba de otra cosa. Todos se sentían profetas; el papel de Antonio subía como la espuma; Antonio iba a quitarle la mar de moños a la mar de gente; indudablemente con el capote no estaba en condiciones todavía de eclipsar los resplandores del Gallo, pero matando, ¡Dios de los cielos! Matando no
Antonio había conseguido encontrar un terno. Gracias a la protección del Marimoña, que recordando su amistad con el señor Paco, un recobero de Triana, tío segundo del Canguelo, consiguió que éste, que tenía la misma estatura que Antonio, le prestara uno de los suyos, y algunos días después de haber escrito al recobero recibía el Marimoña por paquete postal uno grana y oro, vestido con el cual pavoneose durante casi una hora el Cartulina delante de un espejo que al objeto le hubo de prestar la señora Dolores, la casera.
|