Diferencia entre revisiones de «Página:13 Cartas del Famoso Conquistador Hernán Cortés.pdf/210»

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pasar, y me fué forzado de revolver solo contra mis
pasar, y me fué forzado de revolver solo contra mis enemigos, y con aquello fice algun tanto de lugar para que los caballos pudiesen pasar; y yo hallé la puente desembarazada, y pasé, aunque con harto
trabajo, porque habia de la una parte á la otra casi un estado de saltar con el caballo; los cuales, por ir yo y él bien armados, no nos hirieron, mas de atormentar el cuerpo.
enemigos, y con aquello fice algun tanto de lugar

para que los caballos pudiesen pasar; y yo hallé la
E así quedaron aquella noche con victoria y ganadas las dichas cuatro puentes; é yo dejé en las otras cuatro buen recaudo, y fuí á la fortaleza, y hice hacer una puente de madera, que llevaban cuarenta hombres; y viendo el gran peligro en que estábamos y el mucho daño que cada dia los indios nos hacian, y temiendo que tambien deshiciesen aquella calzada como las otras; y deshecha, era forzado morir todos; y porque todos los de mi compañía fuí requerido muchas veces que me saliese, é porque todos ó los mas estaban heridos, y tan mal, que no podian pelear, acordé de lo hacer aquella noche, é tomé todo el oro y joyas de vuestra majestad que se podian sacar, y púselo en una sala, y allí lo entregué en ciertos lios á los oficiales de vuestra alteza, que yo en su real nombre tenia señalados, y á los alcaldes y regidores y á toda la gente que allí estaba, les rogué y requerí que me ayudasen á lo sacar y salvar, é dí una yegua mia para ello, en la cual se cargó tanta parte cuanta yo podia llevar; é señalé ciertos españoles, así criados mios como de
puente desembarazada, y pasé, aunque coa harto
trabajo, porque habia de la una parte á la otra ca-
si un estaño de saltar con el caballo; los cuales,
por ir yo y él bien armados, no nos hirieron, mas
de atormentar el cuerpo.
E así quedaron aquella noche con victoria y ga-
nadas las dichas cuatro puentes; é yo dejé en las
otras cuatro buen recaudo, y fui á la fortaleza, y
hice hacer una puente de madera, que llevaban
cuarenta hombres; y viendo el gran peligro en que
estábamos y el mucho daño que cada dia los indios
nos hacian, y temiendo que tambien deshiciesen aque-
lla calzada como las otras; y deshecha, era forzado
morir todos; y porque todos los de mi compañía fuí
requerido muchas veces que me saliese, é porque
todos ó los mas estaban heridos, y tan mal, que no
podian pelear, acordé de lo hacer aquella noche, é
tomé todo el oro y joyas de vuestra majestad que
se podian sacar, y púselo en una sala, y allí lo en-
tregué en ciertos lios á los oficiales de vuestra al-
teza, que yo en su real nombre tenia señalados, y
á los alcaldes y regidores y á toda la gence que allí
estaba, les rogué y requerí que me ayudasen á lo
sacar y salvar, é dí una yegua mia para ello, en la
cual se cargó tanta parte cuanta yo podia llevar; é
señalé ciertos españoles, así criados mios como da