Diferencia entre revisiones de «La acracia... hará justicia a la mujer»

Contenido eliminado Contenido añadido
ATW-KOD (Discusión | contribs.)
m Página nueva: {{encabezado|La acracia... hará justicia a la mujer|Teresa Claramunt}} Si existiéramos en la época en que la fuerza muscular era signo de poder al cual se sometían los de dé...
 
ATW-KOD (Discusión | contribs.)
mSin resumen de edición
Línea 4:
En el orden moral la fuerza se mide por el desarrollo intelectual, no por la fuerza de los puños. Siendo así, ¿por qué se ha de continuar llamándonos sexo débil?
 
Las consecuencias que nos acarrea tal calificativo son terribles: Sabido es que la sociedad presente adolece de muchas imperfecciones, dado lo deficiente que es la instrucción que se recibe en España, y hablo de España porque en ella he nacido y toco las consecuencias directas de su atraso. El calificativo {{"débil}}" parece que inspira desprecio, lo más compasión. No: no queremos inspirar tan despreciativos sentimientos; nuestra dignidad como seres pensantes, como media humanidad que constituimos, nos exige que nos interesemos más y más por nuestra condición en la sociedad. En el taller se nos explota más que al hombre, en el hogar doméstico hemos de vivir sometidas al capricho del tiranuelo marido, el cual por el solo hecho de pertenecer al sexo fuerte se cree con el derecho de convertirse en reyezuelo de la familia (como en la época del barbarismo).
 
Se dirá que nuestra intelectualidad es inferior a la del hombre. Aunque hay pretendidos sabios que lo afirman, hombres de estudios lo niegan. Yo creo que no se puede afirmar nuestra inferioridad siempre que se nos tenga a las mujeres en reducido círculo, dándonos por única instrucción un conjunto de necedades, sofismas y supersticiones que más bien atrofian nuestra inteligencia que la despiertan.